MADRID. - Los protestantes protestan. Y es que, tras 30 años de Democracia, se siguen sintiendo discriminados y marginados religiosamente. Por eso, piden un «defensor de la libertad religiosa y de conciencia». Ésta es una de las principales conclusiones del informe del Observatorio Cívico Independiente (OCI), entidad vinculada a la Alianza Evangélica Española (AEE).
En su primer documento sobre Libertad e igualdad religiosa y de conciencia en España, el equipo de estudio del OCI, integrado, entre otros, por Xosé Manuel Suárez, Jaume Llenas y Pedro Tarquis, tras hacer un análisis exhaustivo de la «situación de la libertad religiosa en España», concluye que «en nuestro país no hay un problema de falta de libertad religiosa, sino de igualdad real entre las diversas confesiones».
Una desigualdad que comienza en la propia Constitución, en la que «se cita a una confesión por encima de las demás». De ahí que, a su juicio, «haya que abrir el melón constitucional también en este aspecto» y eliminar la presencia de la Iglesia católica en la ley fundamental del Estado, que por algo es aconfesional.
Para poner coto a esta situación, piden un defensor de la libertad religiosa, porque «se necesita alguien específicamente dedicado a esta labor, lo mismo que hay un defensor del menor, para que defienda el hecho religioso, que es algo bueno y positivo para la sociedad».
Por la misma regla de tres, también denuncian los acuerdos entre la Iglesia católica y el Estado, que «favorecen sólo a una parte de los ciudadanos». Por eso, piden que «se supriman o, como mínimo, que se renegocien».
Casilla del IRPF
El OCI aboga asimismo por la supresión de la casilla de la Iglesia en la declaración de la Renta, no es partidario de que se ofrezcan casillas alternativas a las demás confesiones de notorio arraigo, «porque eso multiplica el problema». Solicita, además, «una financiación por proyectos, no por confesiones religiosas» y que se fomenten las desgravaciones por donativos.
Quieren también que la «clase de religión salga de la escuela, porque la enseñanza confesional es un privilegio de las familias y la escuela debe ser laica. El fenómeno religioso debería darse transversalmente o en una asignatura de cultura religiosa», argumentan.
Aunque todas estas medidas apunten en el fondo a la Iglesia católica, los protestantes aseguran que no van contra ella. «No estamos en contra, sino a favor de la igualdad y de la visibilidad de las confesiones minoritarias», dice Pedro Tarquis.
Los protestantes denuncian, asimismo, que ningún partido político muestra una especial «preocupación por el hecho religioso», aunque reconocen que con los socialistas han conseguido mucho más que con el Partido Popular. «El Partido Popular», aseguran, «es la voz de la Iglesia católica y, de hecho, durante los ocho años de Gobierno de Aznar, no fuimos recibidos en la Moncloa ni una sola vez».