Ayuntamiento, Subdelegación del Gobierno y hasta el Centro Coordinador de Emergencias (Cecem) de la Junta de Andalucía tuvieron que llamar a la «calma» y «serenidad» a los ciudadanos onubenses momentos después de percibir el temblor de tierra, que se sintió con una intensidad moderada.
No se registró ningún tipo de incidente -al igual que en toda la comunidad andaluza-, pese a ser Huelva la provincia española más cercana al epicentro del terremoto, en el cabo de San Vicente, que nació con una fuerza de 6,1 en la escala de Richter.
No hubo daños materiales o personales, pero el temblor no dejó indiferente a nadie. Y es que tras sentir el movimiento sísmico, la reacción generalizada de todos los onubenses fue la de echarse a la calle, ante el temor de que se desplomara el inmueble donde se encontraban.
Ayer, a las 10.35 horas, los rostros de los onubenses eran fundamentalmente de extrañeza, pero también de susto y de angustia, sobre todo en las personas mayores, que vieron cómo se tambaleaban las lámparas, cuadros, electrodomésticos y objetos de las estanterías de sus viviendas. «Pensaba que se me iba a caer el techo encima y me metí debajo de la cama», relataba Juan, un vecino del barrio de Isla Chica.
«De gelatina»
En la capital, centenares de trabajadores abandonaron sus puestos de trabajo por miedo a posibles daños en las estructuras e incluso a posibles réplicas. El terremoto se dejó notar sobre todo en los pisos más altos. «Parecía que la construcción era de gelatina, me sentía impotente», confesó uno de los tantos funcionarios que se echaron a la calle al sentir los temblores.
En la plaza de la Constitución de la capital, donde se ubica el Ayuntamiento, decenas de funcionarios relataban su experiencia personal, y el mismo cuadro podía contemplarse a las puertas de la Delegación de Salud, justo enfrente del Consistorio, o en el hospital Infanta Elena, donde también hubo algún que otro sobresalto.
El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Huelva, Enrique Pérez Viguera, hizo una llamada de «tranquilidad» a la población onubense por el movimiento sísmico.
«No ha habido ningún tipo de daños materiales o personales, pero sí mucha preocupación ciudadana, ya que se han registrado una gran cantidad de llamadas telefónicas a Policía Local, Bomberos y Protección Civil de particulares, colegios, empresas y hoteles interesándose por el suceso», informó Pérez Viguera.