En los cuentos, los jardines son lugares mágicos en los que algunas veces gobierna una princesa. Y Dree Hemingway Crisman, vestida de fucsia por Josep Font y enjoyada de Vasari, fue ayer la dama indiscutible del pequeño jardín recreado en el espacio que patrocina la casa Moët Chandon.
La habitación, que los habituales de la pasarela denominan kissing room porque es allí donde los asistentes besan a los diseñadores al felicitarles tras sus desfiles, se ha vestido esta semana de flores.
El paisajista Eduardo Mencos la ha convertido, para enmarcar el lanzamiento de dos diseños nuevos del pack Flower Rosé de la casa, en un «jardín romántico», porque «el romanticismo exacerba las pasiones y las convierte en arte».
Con «la carnosidad vegetal» del musgo fresco, hiedra y flores -«narcisos, tulipanes... Las primeras flores de la primavera»- se materializó un jardín en el que la chica, que además de ser la bisnieta de Hemingway tiene 20 añitos apenas cumplidos y es alta y guapa, revistió el primaveral lanzamiento con su presencia.
Ella, que visita Madrid por primera vez en un viaje relámpago, atendió a la prensa con buen humor y dulzura.
«Espero tener tiempo de visitar Madrid y, aunque no sé si lo voy a tener, ¡me apetece muchísimo ver cosas! Éste es un lugar de mucha historia, mucha cultura, mucha belleza», afirmó.
Después de despegar, seguirá con lo que tiene ahora entre manos: «En este momento estoy leyendo un par de guiones para posibles películas y también tengo algunas ofertas para trabajar como modelo, pero quiero escoger bien, no quiero equivocarme», explicó.
Por eso ahora que ha terminado el colegio llega un tiempo de reflexión: «Me he tomado un año y medio para probar varias cosas y ver qué es lo que realmente quiero hacer».
Aseguró que lo de trabajar como modelo es una cosa que, simplemente, «ha sucedido». Y reveló que le encantaría desfilar como modelo en Cibeles: «Además, me gusta mucho lo que se está haciendo aquí con las modelos demasiado delgadas», declaró. «A mí me importa muchísimo la salud, me cuido al máximo, y por lo tanto apoyo lo que están haciendo».
Dree confesó que le encanta pintar y que escribe cuentos de hadas, «pero sólo como hobby». Y puntualizó: «No tengo tanta confianza en esos aspectos como en lo que hago en el teatro».
Porque la escena, reconoció, le encanta: «De niña hacía mucho ballet y también participaba en obras de teatro... y reconozco que me gustaba estar encima de un escenario». Además, puntualizó, «mi madre ha sido una profesora estupenda y un modelo a seguir».
Ésta, Mariel, es también actriz, también su padre escribe, el bisabuelo de Dree fue el gran Ernest Hemingway... ¿Se hereda el genio igual que la estatura o el color de los ojos? ¿Se lleva el talento artístico en la sangre?
Ella sonrió: «¡Espero que sí! De momento estoy entrando en ese mundo del arte. Todos los miembros de mi familia que se han dedicado a él han tenido mucho éxito y yo espero entrar en él en una nueva generación de Hemingways».