El concepto abstracto de La Eriza engloba a la perfección la idea que tuvo Oscar de crear un lugar multifuncional donde no sólo hubiese una tienda, sino también un taller y galería de exposiciones para artistas que trabajasen la técnica del papel en todas sus facetas. Las pieles que emplea para forrar los libros son tan diversas como originales: de cabra española y escocesa, serpiente, pitón negra, piel de oveja, y hasta salmón. Y las posibilidades, innumerables. Cuando los libros no están demasiado viejos, se pueden restaurar a base de injertos en las guardas y forrarlos luego con alguna de estas pieles especiales. Pero si, por el contrario, el libro es demasiado antiguo o bien tiene un gran valor bibliográfico, la mejor opción para su conservación es la de las cajas Solender o estuches diseñados especialmente para guardar en ellos el libro. Estas cajas, que hace Oscar por encargo, son una buena solución también para cualquier tipo de documentos.

El emplazamiento e interior de La Eriza es tan bonito y especial como su finalidad. Además de tienda-taller, es también galería de arte. Y entre los lugares destinados a ser el escaparate de diversos artistas contemporáneos, hay espacios dedicados a obras creadas por el propio Oscar en su etapa de estudiante en Bellas Artes. Prueba de ello son dos esculturas que decoran una de las vitrinas de la tienda. Una de ellas es una visión tridimensional de Romeo y Julieta. Se trata de dos libros con las páginas entrelazadas entre sí y atravesados después por una flecha. Pero la pieza estrella de la tienda es una encuadernación del cuarto volumen de la saga de Harry Potter, que está repujado en piel de ternera y que refleja con sus incisiones a los propios personajes del cuento, (serpientes y dragones). La colección de papeles de la tienda también es muy variada, con rollos traídos desde Japón o Rajastán, por ejemplo, o un papel que estuvo destinado a las paredes del Parlamento inglés y que Oscar rescató cuando trabajó, durante una época, allí.

No muy lejos de La Eriza, se encuentra Palmapapel, una tienda de decoración ecológica que emplea materiales reciclados y fibras naturales para todas sus creaciones, ya sean cuadernos, carpetas, imanes de nevera, sobres, libretas, cajas, archivadores, marcos de fotos, troqueles, sellos para hacer incisiones en papel o tulipas para lámparas.

Cristina Martín abrió este encantador lugar, que regenta junto a su gato Sidi, en 2002. Su deseo, desde que vivió en Londres, era «trabajar con las manos haciendo cualquier cosa relacionada con el arte». Algo que se ha cumplido y que ella misma practica en su tienda-taller. Un maravilloso bazar en el que se pueden encontrar todo tipo de tesoros hechos de papel: chapas, imanes de nevera, cajas, libretas, archivadores, carpetas... todos ellos realizados con exóticos papeles: seda, piña, morera, plátanos, cebolla, o caña de azúcar, y procedentes de países tan lejanos como Vietnam. Las lámparas y tulipas son otra de sus especialidades. Algunas están realizadas con tiras de papel de seda en distintos colores y otras de papeles reciclados y artesanales. Entre los últimos encargos que ha recibido se hallan una colección de archivadores y carpetas para el despacho de Lorenzo Caprile, una colección de libretas para la nueva tienda del Círculo de Bellas Artes, y también libretas para Greenpeace o la productora de Pedro Almodóvar. Además, hace muchas cosas por encargo, desde invitaciones de boda hasta cuadernos o álbumes de fotos. Uno de sus productos estrella son los pack-collages, unas bolsitas que cuestan tres euros y contienen un montón de recortes de papel de diferentes texturas y colores y cuya finalidad es la de que uno mismo se convierta en artista realizando su propio collage.

La Eriza. Colón, 15. Tel: 915 21 40 61. Palmapapel. Palma, 34. Tel: 915 31 06 53.