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| La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo (Platón) |
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| Impresiones |
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| Portugal, entre la indefinición y la desgana |
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Lejos de arrojar un veredicto nítido, el referéndum del domingo pasado ha devuelto el debate político sobre la despenalización parcial del aborto al punto de partida. El Gobierno del socialista José Sócrates ha obtenido a medias el respaldo deseado. El sí obtuvo un 59,3% y el no, poco más del 40%. Sin embargo, mucho más importante que el resultado resulta la alta abstención, que alcanzó al 60% del electorado. Esa mezcla de indefinición y desgana apenas le ha importado a Sócrates, que se ha apresurado a apuntarse el resultado de la consulta como una victoria política y ha anunciado que seguirá adelante con su proyecto de ley. La norma prevé despenalizar el aborto en las 10 primeras semanas de gestación frente a la ley actual, que lo autoriza en supuestos y plazos muy similares a los de la legislación española. A la vista de lo ajustado del resultado, la Iglesia y los partidos que han defendido el no durante la campaña han solicitado que se suavice el proyecto inicial. El Ejecutivo dio ayer una buena señal anunciando que se obligará a las mujeres que aborten a recibir asesoramiento y ponderar durante unos días su decisión. Por otra parte, no deberían echarse en saco roto los avisos de los médicos, que ayer advirtieron de que la nueva norma precisará de mucho dinero para crear nuevas clínicas y será una carga añadida a una Sanidad castigada por los recortes y las listas de espera.
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