El juez de instrucción número 1 de Granollers (Barcelona) ha llamado a declarar en calidad de imputados a tres agentes de los Mossos d'Esquadra que citaron en la comisaría de Santa Coloma de Gramenet y amenazaron por teléfono a un joven, Rubén C., a petición de un amigo que creía que éste último le había robado la moto.
Los hechos se remontan al 13 de mayo de 2006, cuando el denunciante, Rubén C., acudió a casa de un joven, llamado Santiago, que había conocido a través de su trabajo en una discoteca de Barcelona.Ambos tomaron unas copas en el domicilio, situado en Santa Coloma de Gramenet, y, después, Santiago llevó a Rubén C. a su casa, en Barcelona, montado en su moto.
Según consta en la denuncia del joven, a la que tuvo acceso Europa Press, unos días más tarde Santiago llamó a Rubén C. para informarle de que le habían robado la moto y pedirle que si la veía o se enteraba de algo se lo comunicara. En otras dos ocasiones, según Rubén C., Santiago se dirigió a él para preguntarle por la moto.
Finalmente, el 7 de junio, aparecieron en el lugar de trabajo de Rubén C., en La Roca del Vallès, tres hombres que se presentaron como agentes de los Mossos d'Esquadra, aunque sólo uno de ellos se identificó como tal, según la versión del denunciante.
Los supuestos policías le pidieron la documentación y le indicaron que debía presentarse en la comisaría de Santa Coloma el martes siguiente, 12 de junio, aunque no le entregaron ninguna citación, sino que, según la denuncia, «intervinieron como si fuera algo personal y no procedente de una investigación».
Por ello, nada más marcharse los tres hombres, Rubén C. llamó a varios conocidos por si alguien le había implicado como testigo de un incidente que no recordaba. Entre estos, llamó a Santiago, que volvió a mencionar el robo de la moto e insinuó que Rubén C. estaba implicado porque la policía le estaba investigando.El denunciante le replicó que no tenía nada que ver con lo ocurrido, a lo que Santiago contestó que entonces podía estar tranquilo.
Ese mismo día, Rubén C. acudió junto a un agente de la Policía local de Badalona, Oriol G.D., a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Santa Coloma que le indicaron los supuestos agentes, pero allí le aseguraron que no constaba ninguna investigación sobre él y que no tenía ninguna citación formal.
Dos días después, el 9 de junio, una llamada de los Mossos d'Esquadra alertó a Rubén C. de que habían detenido a tres personas que se hacían pasar por mossos y que debía acudir a la comisaría de Granollers a identificarlos como las personas que le habían citado, pero el joven trabajaba esa tarde y no pudo ir.
Estando precisamente en el trabajo, Rubén C. recibió una llamada desde un número oculto en el que una voz masculina que se identificó como uno de los agentes que había acudido a su lugar de trabajo el miércoles anterior le recordó que debía presentarse en la comisaría de Santa Coloma el martes, y no otro día.