Miércoles, 14 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6268.
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Hisham Matar debuta con 'Solo en el mundo', una novela sobre un niño bajo la dictadura de Gaddafi
LAURA FERNANDEZ

BARCELONA.- Hisham Matar o, lo que es lo mismo, Booker Boy (así le llaman en casa desde que le nominaron al prestigioso Man Booker), no tenía un céntimo cuando acabó Solo en el mundo (Salamandra), su primera novela. Pero tiró los dados y salió doble seis: las andanzas de un adolescente en la Libia de los 70 (dominada y asfixiada por la dictadura de Gaddafi) han cautivado a lectores y críticos de todo el mundo hasta el extremo de valerle una nominación al Man Booker (que acabó embolsándose John Banville). Para entonces, los céntimos habían dejado de preocuparle.

Hisham nació en Nueva York en 1970 (su padre trabajaba en las Naciones Unidas). Cuando tenía tres años, su familia regresó a Libia (de donde provenía) y en 1979 emigró a Egipto. Solimán, el protagonista de Solo en el mundo, tiene nueve años cuando el mundo que le rodea empieza a derrumbarse: el brutal régimen de Gaddafi encarcela a su padre y él se ve obligado a tomar el control. «Es hijo único y está solo. Todo su mundo está en su cabeza», asegura el escritor, que considera la novela una especie de viaje iniciático que poco tiene que ver con El guardián entre el centeno de Salinger. O sí. El brutal choque del adolescente con la realidad es el mismo, aunque los estallidos se produzcan en extremos opuestos del planeta.

No se trata de una historia autobiográfica, aunque sí está construida a partir de fragmentos de lo vivido por Hisham en Libia. Fragmentos que construyen una realidad que nada había tenido de literaria hasta el momento. «Lo cierto es que los escritores libios se autoimponen una especie de censura que les obliga a hablar de la realidad a través del surrealismo. Así que podría decirse que ésta es la única novela que habla sobre lo que pasaba y está pasando en Libia sin tapujos», dice el escritor.

Curioso y despierto, Hisham no pierde detalle de lo que le rodea.Quiere saber hasta cómo se sonríe en España. «Siempre que estoy en un lugar nuevo, me pregunto cómo habría sido nacer ahí y cómo es la gente que vive en ese lugar», confiesa. Dice no sentirse de ningún sitio y a la vez, de muchos. Porque es un poco británico y un poco libio y hasta un poco parisino (vive en Inglaterra desde 1986 y pasó una larga temporada en París), pero no se siente de ningún lugar. «Y sería bonito pensar que pertenezco a alguno, sería más cómodo, creo que estaría más seguro de todo lo que hago», dice.

Su literatura es un poco su casa. Aunque mantiene con ella una relación esquizofrénica. «Siento como si me hubiera colado en palacio por la ventana trasera y todos me estuvieran dando la bienvenida como si fuese uno de los invitados», cuenta el risueño escritor. «Nadie sabía nada de mí hasta hace muy poco. Apenas había publicado un par de poemas y había escrito obras de teatro para mi familia, no sabía ni si quería ser escritor. De hecho, me hice arquitecto pero luego empecé a sentirme mal porque me di cuenta de que eso no era lo que quería hacer, así que ahorré algo de dinero y me fui a París. Y fue allí donde me hice escritor», explica Hisham.

Entonces fue cuando tiró los dados y le salió el seis doble.Porque su primera novela está dando la vuelta al mundo. «Soy consciente de que todo esto puede ser simplemente humo, así que trato de diferenciar el trabajo de la acogida que está teniendo.Creo que así podré trabajar siempre al mismo nivel, sin pensar en las consecuencias de lo que esté haciendo», añade. De hecho, estos días prepara su segunda novela, de la que no quiere hablar.Como si se tratara de una superstición, apenas se atreve a decir que está escribiendo. Lo único que confiesa es su interés por la realidad. «Me interesa contar lo que está pasando, no tengo por qué esconderme de nada ni de nadie», sentencia.

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