Miércoles, 14 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6268.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas (Francis Bacon)
 CATALUNYA
El Museu d'Història conmemora los 70 años de bombardeos sobre Barcelona
La exposición 'Quan plovien bombes' recupera la memoria histórica de la Guerra Civil
VANESSA GRAELL

BARCELONA.- Al pasear por las calles de la ciudad, los barceloneses no son del todo conscientes de que bajo sus pies aún sobreviven refugios antiaéreos. Durante los dos últimos años de la Guerra Civil (1937-1939), Barcelona fue bombardeada de forma sistemática por las tropas fascistas, cobrándose la vida de miles de civiles, que llegaron a construir más de 1.400 refugios para protegerse.El Museu d'Història de Catalunya conmemoró ayer el 70 aniversario del primer ataque aéreo con víctimas mortales con la inauguración de la exposición Quan plovien bombes.

La muestra, impulsada por el Ayuntamiento, pretende rescatar del olvido un episodio de la historia más reciente «conocido y documentado pero no evocado», explicó ayer su comisario, Xavier Domènech. «Es una realidad que no es sólo pasado, es presente y está bajo nuestros pies», añadió. Barcelona fue la primera gran ciudad europea bombardeada sin tregua -después vendría Londes- y marcaría el inicio de un nuevo modelo de combate militar: la guerra total, en la que se registra un mayor número de muertos entre los civiles que entre los soldados.

Las bombas sobre Barcelona desconcertaron doblemente a los ciudadanos, apenas acostumbrados a la presencia de aviones, y que descubrieron con horror que iban cargados de explosivos. «No había precedentes de cómo organizar la defensa de una ciudad bombardeada, porque nunca se había hecho», señaló la comisaria Laura Zenobi. La ciudad se convirtió en un campo de pruebas para la aviación italiana, que la bombardeó intensamente siguiendo una perversa estrategia: el debilitamiento psicológico de la retaguardia es tan importante como la lucha a primera línea de fuego. «Barcelona no es sólo un capítulo del horror es un capítulo de transición» hacia las tragedias de Nagasaki e Hiroshima, consideró el comisario.

Para Domènech, premio de Historia Ciutat de Barcelona 2007, resulta especialmente admirable la reacción ciudadana, que se lanzó a construir refugios, algunos subvencionados por el Gobierno republicano, que se veía incapaz de garantizar la seguridad de sus habitantes.La República y los propios barceloneses lucharon por mantener la vida cultural de la ciudad. El teatro del Liceo y el resto de escenarios seguían levantando el telón noche tras noche, conviertiéndose en refugio musical y artístico de la población. Barcelona continuaba empeñada en celebrar premios literarios o el centenario del pintor Fortuny. Todo para no sucumbir a la estrategia de desfallecimiento psicológico del enemigo.

Aunque era difícil. La propia escritora Mercè Rodoreda recordaba en una carta y desde la tranquilidad de su exilio en París «el horror» de la época en la que «llovían bombas» (de ahí el título de la exposición). El año 1938 fue especialmente cruento: en el primer día el casco antiguo amanecía con un bombardeo que se cobraba 60 muertos y la última noche otros 50 civiles perdieron la vida cuando la Aviazione Legionaria atacó el centro. Sin embargo, las tropas nacionales seguían negando bombardeos indiscriminados contra la población civil y el general Franco sostenía que sólo seleccionaban objetivos militares.

En la exposición, que permanecerá abierta hasta el 13 de mayo, se pueden contemplar documentos originales, testimonios que reconstruyen esa época: libros sobre medidas antiaéreas, registros de heridos, salidas de bomberos, órdenes de ataque del Gobierno Nacional o planos de la red de refugios. También hay objetos personales: dibujos de niños con unas bombas torpemente esbozadas cayendo del cielo, calzado, latas de comida u ollas, entre otros.

Un mapa en tres dimensiones permite acceder a los efectos de cada uno de los bombardeos, calle por calle, y acercarse a la experiencia de los siete más impactantes. Entre ellos, destaca el terrible ataque a la iglesia de Sant Felip Neri que causó más de 200 muertos, principalmente niños.

La exposición se cierra con un homenaje a todas las víctimas de los bombardeos: en una pared se inscriben sus nombres y apellidos, aunque aún hoy no se ha hecho una estimación cerrada del número de muertos totales, que supera los dos mil.

Cuando las tropas franquistas tomaron Barcelona el 26 de enero de 1939 los refugios se tapiaron para caer en el olvido. Pero siguen allí, bajo los pies de los barceloneses.


El refugio de Companys

BARCELONA.- Al estallar la Guerra Civil, la Generalitat republicana requisó el Palau de les Heures como residencia del president Lluís Companys. Les Heures, en la falda de Collserola y lejos de los principales objetivos militares, era uno de los pocos lugares seguros para el president. Aún así, para prevenir hipotéticos ataques aéreos, construyeron un refugio en el subterráneo de la mansión.

Actualmente, el Palau de Les Heures está en pleno campus de la Universitat de Barcelona y en él se imparten diversos másters.Bajo las aulas y los pasillos llenos de estudiantes aún permanece el refugio antiaéreo. Se accede a él a través de una puerta metálica situada en el almacén. Un corto tramo de escaleras conduce a un angosto y asfixiante túnel. La cubierta abovedada es de hormigón y las paredes de ladrillo. Al final del túnel, se llega a un minúsculo espacio excavado en la roca. Sólo en las profundidades del subsuelo, entre la humedad y el frío, uno imagina la angustia y el miedo que debieron sentir los barceloneses recluidos durante horas en tan reducido espacio.

Por eso, el Ayuntamiento de Barcelona promueve la recuperación de estos refugios. Actualmente se pueden visitar el de la Plaça del Diamant (descubierto cuando el Consistorio intentaba tirar adelante las obras de un aparcamiento) y el de Nou de la Rambla.Pero el subsuelo de la ciudad está plagado de estas contrucciones.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad