La oposición reaccionó tan dividida al recurso de inconstitucionalidad sobre la tercera hora de castellano en la educación primaria como podrían estarlo los partidos que forman el Govern. CiU a un lado. PP y Ciutadans al otro. Los primeros a favor del recurso, pero restándole valor. Los segundos, en contra, y con el argumento de que la decisión del Govern no sólo no favorece a los ciudadanos de Cataluña, sino que la sociedad catalana está en contra del recurso.
Populares y Ciutadans utilizaron argumentos que se complementaban.Francesc Vendrell consideró la decisión aprobada en el Consell Executiu como un «nuevo problema» en el Tribunal Constitucional y aseguró que se abre un «debate jurídico sin tener en cuenta a los ciudadanos de Cataluña».
Como ha defendido en las últimas semanas el Partido Popular, su portavoz parlamentario apostó ayer por la necesidad de que el castellano disponga de más de dos horas de asignatura a la semana en los colegios catalanes. «Eso lo tiene claro todo el mundo», remarcó Vendrell, quien aseguró que tanto el castellano como el conocimiento de un tercer idioma son objetivos imprescindibles para acometer el reto de la competitividad que utiliza el president de la Generalitat, José Montilla.
Si Vendrell denunció que el Govern haya modificado su opinión respecto al decreto estatal de enseñanzas mínimas en la educación primaria en tres ocasiones, el presidente del grupo mixto, Albert Rivera, calificó de auténtico «jeroglífico» la posición del tripartito en esa materia. Por ello, reclamó al president de la Generalitat, José Montilla, que aporte algo de «claridad de ideas».
El presidente de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía defendió también que la demanda ante el Tribunal Constitucional carece de apoyo popular, ya que «la sociedad catalana no está en contra de esta tercera hora de castellano». Rivera argumentaba esa afirmación en los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), según el cual un 51% de los catalanes tiene como lengua materna el castellano.
Tanto el recurso de inconstitucionalidad como la propuesta de redactado de ERC hacen pensar a Rivera que «el identitarismo y el nacionalismo» están presentes en el tripartito, al que le reclamó que se quite la máscara.
Un símil de las máscaras fue el que utilizó el portavoz del grupo parlamentario de CiU, aunque con signo contrario al expresado por el líder político de Ciutadans. Felip Puig considera que el recurso no es más que «una maniobra de distracción» del tripartito frente a las próximas elecciones municipales. En su comparecencia dio por hecho que no es una maniobra «para plantar cara al Gobierno».
Felip Puig consideró que el recurso «llega tarde y mal, a contrapie y de forma medio vergonzosa». En su opinión, Montilla ha decidido presentarlo para «contentar a ERC» y lo ha hecho con el problema añadido de que no está avalado por el Consell Consultiu, lo que provoca «debilidad jurídica».
Por su parte, el portavoz de ERC, Joan Ridao, avanzó que en la sesión de control de mañana en el Parlament reclamará a Montilla, que dé «un puñetazo sobre la mesa» ante los «ataques» del PP al Estatut catalán. Ridao explicó que su partido exige al president «una exhibición de fuerza» ante la situación «extrema» que vive el autogobierno catalán, y por ello le pedirá «que no descarte una auténtica movilización popular» contra la estrategia del PP, tal y como planteó ayer también ICV.