En medio de un ambiente enrarecido, con el fútbol italiano instalado en un desconcertante estado de excepción, el Espanyol afronta la ida de los dieciseisavos de final de la UEFA con el lógico objetivo de sacar un resultado positivo, a poder ser una victoria que le conceda ventaja en el choque definitivo en Montjuïc. En Livorno, ciudad que esperaba con un ansia apasionada uno de los partidos más importantes de la historia del club, todas las voces apuntan a que la ausencia de público en las gradas será clave.Dicen que puede decantar la balanza.

El estadio Armando Picchi es una de las 25 instalaciones del fútbol italiano con un aforo superior a las 10.000 localidades que incumple las nuevas normas de seguridad aprobadas por el Gobierno italiano. Sin embargo, los dirigentes del Livorno se reunieron ayer con el Observatorio para intentar verificar la posibilidad de que el Armando Picchi redujera su aforo a unas 5.000 personas y evitar así el cumplimiento de la nueva normativa.Todo en valde, puesto que el Observatorio no quiere sentar un precedente al que se aferren otros clubs para abrir sus estadios sin cumplir los requisitos.

Quienes sí podrán acceder al estadio son los 150 aficionados del Espanyol que han viajado a Livorno, la mayoría familiares y amigos de los futbolistas. La directiva los hará pasar como delegación especial del club. Para los partidos a puerta cerrada, la UEFA contempla la admisión de 200 personas por cada equipo en calidad de delegación.

«Jugar a puerta cerrada sería una derrota para el fútbol», declaró ayer el entrenador del Livorno, Daniele Arrigoni, antes de conocer el veredicto. «No es bonito jugar a puerta cerrada, sin público; no lo es para ningún equipo y menos para nosotros, que, como evidencian los resultados de los últimos años, dependemos mucho de la aportación de nuestra afición». El técnico italiano indicó la importancia de la hinchada para sus jugadores: «Sentimos mucho a nuestra afición, precisamos mucho de ella, es muy especial para el equipo», reconoció. La afición del Livorno se caracteriza por su apoyo incondicional y la adhesión de sus radicales a asociaciones y partidos de extrema izquierda. Su referente sobre el césped es el delantero Antonio Lucarelli, exacerbado militante comunista.Arrigoni calificó el choque de «cita para la historia» para el club de la Toscana.

El Espanyol disputará el primer partido de su historia a puerta cerrada, y tendrá el honor de ser el primer club extranjero que juega en Italia tras la implantación de la nueva normativa. Ernesto Valverde se pronunció con cautela: «No sé a quién le puede beneficiar jugar a puerta cerrada. Habrá que estar doblemente concentrado.Se trata de una situación extraña para todos».

Público aparte, la gran preocupación de Valverde es ver cómo se las ingenia para que su equipo mantenga el mismo nivel sin sus dos máximos referentes, Raúl Tamudo e Iván de la Peña. Ambos se quedaron en Barcelona aquejados de molestias. Pandiani ocupará el lugar del capitán en punta de ataque, mientras que Costa podría acompañar a Moisés Hurtado en la construcción ofensiva, puesto que Jónatas tampoco ha viajado.

Arrigoni puso al Espanyol de «favorito» por su mayor experiencia europea y Valverde se afanó en quitarse la vitola: «No hemos jugado aún, así que no hay favorito. No quiere decir nada haber sido primero de grupo y ellos terceros. Será un partido duro, ante un rival experimentado y con calidad en ataque». El Espanyol parte mejor situado. El Livorno lleva diez partidos sin ganar.

El Osasuna se enfrenta hoy al Girondins en Burdeos (18.00 h.).