La cruzada emprendida por la prensa francófona contra Google tuvo ayer una importante victoria. El tribunal de apelación de Bruselas confirmó con su sentencia la decisión del pasado mes de septiembre del Tribunal de Primera Instancia que condenó a la empresa a una multa de un millón de euros al día si no dejaba de difundir contenidos de los periódicos demandantes sin su permiso. Se trata, en concreto, de algunos de los diarios más importantes belgas, como Le Soir, La Libre Belgique y La Derniere Heure que a través de la sociedad que gestiona su derechos de autor, Copiepresse, decidieron recurrir a la Justicia hace casi un año al ver que Google colgaba en su página de Bélgica sus noticias e imágenes sin su permiso.

Según la sentencia, «al reproducir en Google News los titulares de las informaciones, Google reproduce y comunica públicamente obras protegidas por derechos de autor». Además, según los denunciantes, en algunos casos las versiones de los artículos reproducidos en Google podían ser consultados incluso cuando estos artículos dejaban de ser accesibles de manera gratuita y pasaban a ser parte de hemerotecas on line de pago de estos diarios.

Al final, el gigante norteamericano deberá pagar tres millones de euros a Copiepresse en concepto de derechos de autor no pagados hasta el momento. Pero el problema no es tanto la multa, una miseria si se compara con los 10,2 millones de euros del negocio diario de Google, si no el precedente en Europa donde otros editores ya están pensando seguir el ejemplo belga. Éste podría ser el caso de la Asociación Mundial de Periódicos que reúne cerca de 18.000 publicaciones y que de hecho está estudiando acciones contra los buscadores de noticias por «explotar» el contenido de sus representados.