El equipo de Ernesto Valverde no se toma este torneo como algo determinante. La mejor prueba es que no viajaron a tierras italianas ni Tamudo ni De la Peña. La prioridad es la Liga. Si cae algo en Europa será bienvenido, pero el premio gordo no pasa por esta competición. Los dos ausentes tienen pequeñas molestias musculares, pero si el partido fuera a vida o muerte habrían viajado.

El Livorno, con una escasa experiencia internacional, hará debutar a los dos fichajes del mercado de invierno, el brasileño César y el internacional italiano Fiore, ex del Valencia. Otro antiguo delantero del club valenciano, Lucarelli, es la gran referencia de un grupo que tampoco quiere quemarse con los compromisos continentales.

El otro equipo español que juega hoy en la Copa de la UEFA es el Osasuna. Los navarros viajan al feudo del Girondins de Burdeos, un equipo venido a menos que está ahora muy lejos del Olympique de Lyón, el gran dominador de la Liga francesa en los últimos años. Los bordeleses fueron eliminados de la Liga de Campeones por el PSV Eindhoven y el Liverpool. Micoud (ex del Werder Bremen) y el marroquí Chamakh, su goleador, serán sus argumentos más peligrosos ante la escuadra navarra. No parece arsenal suficiente para obstaculizar el paso del Osasuna a los octavos de final.

El grupo de Ziganda llega eufórico a la cita tras su remontada liguera del pasado domingo ante el Nàstic en Tarragona. Soldado, autor de dos goles, se presenta como la agran amenaza para los franceses. El técnico navarro mantendrá su habitual política de rotaciones, que tan buen resultado le ha dado tanto en la Liga como en la competición europea.

La cercanía de Burdeos con la ciudad navarra hará que asistan al partido unos 5.000 seguidores osasunistas, que ya disfrutaron en anteriores desplazamientos europeos, como en el 0-3 logrado ante el Parma italiano en la liguilla previa del torneo.