JAIME LOPEZ. Especial para EL MUNDO
CARACAS.-
Comprar carne en Caracas se ha convertido en misión casi imposible. El presidente de la Asociación Nacional de Supermercados, Carlos Carvalho, anunció esta semana la suspensión de la venta de carne de res porque su precio aumentó en más de un 75% con respecto al fijado por el Gobierno bolivariano. «Los proveedores venden los productos muy por encima de lo que establece la Gaceta Oficial [Boletín Oficial del Estado] y, si nosotros trasladamos este monto a los consumidores corremos el riesgo de ser sancionados», explicó Carvalho.
El desabastecimiento de productos básicos de la cesta de alimentos empieza a ser un quebradero de cabeza cada vez más fuerte para el socialismo del siglo XXI, promulgado por Hugo Chávez. Durante estas Navidades, la leche, el azúcar o las caraotas (una especie de judías) han escaseado y la exclusión de 3.500 códigos arancelarios en el pasado mes de diciembre ha agravado aún más la situación. «La supresión de estos rubros ha afectado a todas las cadenas productivas del país: alimentos, textil, cosméticos, piezas de repuesto para coches, fármacos, artes gráficas...», explica Eduardo Gómez Sigala, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales.
Aunque el PIB del país ha crecido un 10,3%, la economía venezolana, cada vez más sedienta de efectivo, absorbe muchos más bienes de los que puede producir. «La situación en el sector de los alimentos es la más problemática. El control de precios, junto a un tipo de cambio irreal, está desincentivando la producción», explica Humberto García, catedrático de Economía de la Universidad Central de Venezuela. «El problema es que el precio de mercado [el impuesto en la política del Gobierno] no cubre los costes y las importaciones son mucho más competitivas gracias a la devaluación real del bolívar».
Ante la excesiva burocracia y un consumo interno desenfrenado, muchas empresas importan por medio del mercado paralelo de divisas, donde el bolívar sufre una depreciación que casi duplica el valor del dólar oficial. La consecuencia: un 2% de inflación sólo en el mes de enero que, de multiplicarse a ese ritmo en los 11 meses restantes, concluiría con una tasa del 27% en 2007.
Con unas reservas internacionales de 37.000 millones y fondos adicionales por 15.000 millones repartidos en entes financieros públicos, Chávez dispone de una holgada petrochera para acometer nacionalizaciones y pagar a precio de mercado la empresa de telecomunicaciones CANTV, Electricidad de Caracas y las asociaciones estratégicas del Orinoco en manos de British Petroleum, Exxon Mobil, ChevronTexaco, ConocoPhillips, Total y Statoil.
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