JOSÉ LUIS MARTINEZ CAMPUZANO
Es lo primero que he sentido al escuchar las conclusiones del encuentro del G7. Fuerte crecimiento mundial, quizás con la economía apuntándose una tasa del 5%. Sí, un crecimiento elevado pero que genera cierta inquietud al pronosticar el futuro. No es una sensación nueva. Inquietud, especialmente, al valorar el actual estado de los mercados financieros, fundamentales para soñar con un crecimiento sólido a medio plazo. Y las autoridades mundiales se muestran preocupadas por el creciente peso de los hedge fund y la proliferación de instrumentos financieros sofisticados. ¿Pueden convertirse en amplificadores de una crisis? Porque la realidad es que, pese a los buenos datos, las autoridades buscan factores que pueden convertir el sueño en pesadilla.
¿Los mercados de divisas pueden ser el detonante de una futura crisis? Quizá de una forma más incisiva que en el pasado, la necesidad de que el yuan se aprecie más rápido en los mercados de divisas ha ocupado su espacio en las conclusiones. También el reconocimiento de que la recuperación de la economía japonesa debería ser valorada por los mercados. De nuevo, una alusión a los riesgos de las posiciones de apalancamiento en los mercados, en este caso a través del carry negativo en divisas de baja rentabilidad como es el caso de la moneda japonesa. La realidad es que desconocen cuál será el siguiente factor que lleve a una crisis: hay una lista de potenciales candidatos. Tal vez no pase nada. Pero el papel de las autoridades no es descartar que las amenazas se puedan materializar, como poner las condiciones para que no se materialicen.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citigroup en España.
|