C. R. G.
MADRID.-
Nunca en toda la crisis derivada de la recusación del magistrado Pablo Pérez Tremps, Mariano Rajoy había hablado tan claro. Por primera vez, micrófono en mano, el presidente del PP acusó al Gobierno de «presionar» al recusado para que dimita para, así, procurar su sustitución por otro magistrado de designación directa del Ejecutivo y -se entiende- de pareja sensibilidad respecto del Estatut.
«Sería la puntilla de una institución como el Tribunal Constitucional», declaró Rajoy en los desayunos de Europa Press aante decenas de periodistas, empresarios y políticos del PP, «que el Gobierno siga presionando a este magistrado para que dimita».
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