El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, insistió ayer en que está «listo para las negociaciones» sobre el programa nuclear de su país. «Siempre estamos preparados para conversar», sentenció.
En declaraciones a la cadena estadounidense ABC, Ahmadineyad aseguró que se oponía a «cualquier proliferación de armas de destrucción masiva y armamento nuclear», pero que había que tener en cuenta que los derechos de Irán siempre tenían que ser salvaguardados y que sólo en ese marco Teherán estaría dispuesto a entablar negociaciones.
El líder iraní rechazó las sugerencias que señalan que la República Islámica busca, como sea, iniciar un conflicto bélico con EEUU. Y apuntó que su país está «intentado encontrar vías» conciliadoras. «Es tiempo para la lógica y para la racionalidad, en lugar de pensar en encontrar nuevas armas», señaló y sorprendió el presidente durante su entrevista, concedida a una cadena estadounidense, pero realizada en la capital iraní.
El pasado lunes, Ahmadineyad confesó sin embargo que Irán se defendería con uñas y dientes de un ataque estadounidense sobre sus instalaciones nucleares.
La 'calma' de Bush
El presidente de EEUU, George W. Bush, ha querido calmar las aguas y ha declarado que Washington no tiene previsto atacar de manera inminente el territorio iraní. Es más, Bush ha calificado de «ruido» todas estas especulaciones, que sólo pretenden torpedear las actuaciones de su Administración.
Pero es sabido que Washington ha enviado recientemente dos portaaviones al Golfo Pérsico en el marco de las presiones a Teherán y que ha manifestado que sólo aceptará de Ahmadineyad una suspensión total del programa nuclear.
Mientras, Irán prosigue enriqueciendo uranio, desafiando a los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) e insistiendo en que su programa nuclear tiene sólo propósitos pacíficos, a pesar de las sospechas de Estados Unidos de que la República Islámica está desarrollando en secreto armas nucleares. De hecho, el presidente Ahmadineyad celebró el domingo el 28º aniversario de la Revolución iraní, comprometiéndose a continuar el programa atómico de su país.
Teherán, cuarto productor de petróleo del mundo, se aferra a que su programa nuclear sólo tiene como fin la elaboración de electricidad con fines civiles.
Programa «legal»
El Gobierno iraní insistió ayer en que no suspenderá el enriquecimiento de uranio «bajo cualquier circunstancia», tras reiterar que su programa nuclear es «totalmente legal», según palabras del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Mohamad Ali Huseini.
Interrogado sobre su actitud hacia Israel, el presidente Ahmadineyad hizo un llamamiento a un referéndum entre los palestinos sobre el futuro de sus vecinos. «El derecho de Israel a existir es una cuestión de los palestinos», dijo Ahmadineyad. Y se refirió al destino que tuvo la Unión Soviética, que fue, según el presidente iraní, su desintegración por la absoluta voluntad del pueblo.
«Basándonos en la Carta de Naciones Unidas, dejemos a los palestinos decidir», instó Ahmadineyad. «Los palestinos tienen derecho a pedir un futuro y a decidir sobre él, y cualquier decisión hecha por ellos debería ser respetada», concluyó el presidente, quien no detalló en qué pregunta concreta se debería basar el referéndum y quiénes exactamente tendrían derecho a votar en él.
El odio del presidente iraní hacia Israel quedó plasmado por enésima vez al acusar a sus ciudadanos de haber cometido masacres, de dejar sin hogar a los palestinos y de haber dividido a miles de familias con el encarcelamiento de muchos varones.