¿Curro Jiménez para entender a Zarqaui? ¿El Empecinado para saber cómo actúa Muqtada al Sadr? ¿José I, alias Pepe Botella, equivalente de Nuri al Maliki? ¿Gody, el Príncipe de la Paz, alter ego de Ahmad Chalabi? En otras palabras, la Guerra de la Independencia de España contra Francia, ¿explica la de Irak?
Eso es lo que opina el historiador militar David Bell, de la Universidad Johns Hopkins. En su libro The First Total War (La primera guerra total), que acaba de ser publicado en EEUU, Bell analiza las guerras napoleónicas y concluye que el modelo para comprender Irak no es Argelia, ni Vietnam, ni Afganistán, sino la resistencia española a la ocupación francesa entre 1808 y 1813.
La clave del análisis de Bell es que, como ha escrito Adam Gopnik en el semanario The New Yorker, los españoles nunca aceptaron «el más o menos benigno Nuevo Régimen, o al menos la promesa de modernización» representada por el hermano de Napoleón, José I Bonaparte, y optaron por «un Antiguo Régimen de naturaleza horrible» encarnado en los Borbones. ¿Por qué? Básicamente, por cuestiones religiosas.
El viernes pasado, en una entrevista telefónica, Bell comentó a EL MUNDO los pasajes de su libro en los que analiza la Guerra de la Independencia española y su traducción, 198 años después, a Irak.
«[La Guerra en España muestra] una situación increíblemente similar a la que se desarrolló en Irak tras la victoria de EEUU en 2003».
«Las cosas han cambiado en Irak desde que escribí el libro. Ahora es más una guerra civil. Pero en los primeros años, fue muy parecida a la de España. Incluso el elemento de guerra civil no se puede obviar, aunque en España las tensiones entre afrancesados y tradicionalistas nunca fueron tan grandes como entre los diferentes grupos iraquíes. Hay otras diferencias. En la Península Ibérica había tres ejércitos regulares -el español, el portugués y el británico- combatiendo a los franceses. El Ejército iraquí, sin embargo, dejó de existir durante la invasión. Así que la ferocidad de los sitios de Zaragoza o Girona no se puede comparar a la de los de Faluya o Ramadi».
«No fue el amor a la independencia y a la libertad lo que hizo que la gente se alzara contra los Bonaparte, sino el miedo a que las reformas pudieran debilitar a la Iglesia».
«En Irak en 2003 y en España en 1808 la autoridad secular se desintegró muy rápidamente. Y las organizaciones religiosas resultaron ser mucho más sólidas que el Estado. Es algo frecuente en sociedades tradicionales, que suelen estar organizadas en torno a clanes, familias, parroquias o aldeas».
La Iglesia identificó a los franceses como «antiguos cristianos convertidos en herejes». El general galo Reille declaró que «tenemos dos clases de hombres que nos han causado mucho daño: los curas y los monjes».
«Las religiones establecidas ganan influencia en situaciones en las que el ocupante es visto como ateo o enemigo de la religión. EEUU ha identificado a su enemigo como el islam radical. En España, los franceses decidieron que su mayor rival eran los «fanáticos» religiosos. Ambos invasores fueron incapaces de lograr el apoyo mayoritario de los clérigos».
«[Los franceses] no tenían el número de soldados necesario para que sus tácticas funcionaran».
«Ése es un problema en toda guerra contra una insurgencia. En Irak, los militares se han quejado en repetidas ocasiones de falta de tropas. Pero el problema es más profundo. En Vietnam, EEUU llegó a desplegar cerca de un millón de soldados. Y tampoco se impuso. No se trata sólo de cuántos soldados tienes; también de cómo los usas».
«[Las guerrillas] lograron atar a cientos de miles de soldados franceses que [Napoleón] necesitaba desesperadamente en otros teatros de operaciones».
«La Guerra de la Independencia de España y la de Irak ilustran perfectamente el problema de una potencia que tiene sus tropas sobreextendidas en el extranjero. Francia tenía soldados por toda Europa. Y necesitaba más para la campaña rusa. Pero gran parte de su Ejército estaba atascado en España. EEUU está presente en Alemania, en Corea, en Afganistán... Y, en el supuesto de que se plantee emprender acciones contra Irán, siempre tendrá que considerar la situación en Irak».
«En un momento dado, tanto el general [francés] Reille como el líder guerrillero Espoz y Mina prometieron ejecutar cuatro enemigos por cada uno de sus hombres que fuera hecho prisionero y fusilado».
«Ahí sí que hay una diferencia entre Irak y España. Porque en Irak, a pesar de abusos como ciertas matanzas y las torturas de Abú Ghraib, EEUU ha puesto cuidado en evitar represalias sobre la población civil. Francia hizo lo contrario».
«Y, en ambos casos, EEUU y Francia tuvieron una oportunidad de ganar definitivamente la guerra. Fue en el primer momento de ambas invasiones. En 1808 parecía que la causa de los Borbones españoles estaba perdida. Y en 2003, aparentemente, los norteamericanos iban a ganar en Irak. El problema es que ambas insurgencias sobrevivieron a esos primeros golpes. Y eso es clave. Si la resistencia sobrevive un cierto tiempo, si es capaz de demostrar que aguanta la presión del invasor, éste está perdido».