L. LOUAFI / Z. BENSEMRA. Reuters / EL MUNDO
SI MUSTAFA (ARGELIA).-
Siete bombas explotaron ayer casi simultáneamente en Argelia causando la muerte de seis personas en varias localidades al este de la capital del país. Según la versión oficial, la autoría de los ataques sincronizados es del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), pese a que la televisión qatarí Al Yazira anunció que un grupo radical argelino vinculado con Al Qaeda había reivindicado la acción terrorista. Para mayor confusión, el mes pasado el GSPC dijo que adoptaba el nombre de Organización Al Qaeda en el Magreb Islámico.
Un comunicado del Ministerio del Interior informó de que seis personas, incluyendo dos miembros de las fuerzas de seguridad, murieron en siete ataques en los distritos de Boumerdes y Tizi Ouzou, al este de Argel. Otras 13 personas resultaron heridas, incluidos 10 miembros de las fuerzas de seguridad. Cinco de las siete explosiones fueron causadas por bombas montadas en vehículos.
Varios residentes señalaron que el blanco de cuatro de los ataques fueron estaciones de policía. «Me despertó una gran explosión. Pensé que era un terremoto», expresó Aref Yuma, residente del poblado de Si Mustafá a 50 kilómetros al este de Argel, donde murieron cuatro personas. «De ahora en adelante dormiré con el miedo en mi corazón», agregó una mujer de la zona mientras limpiaba los escombros en su cocina. En la localidad de Draa Benkheda, un residente aseguró haber visto varios supuestos atacantes filmando las secuelas inmediatas de la explosión.
Los islámicos comenzaron en Argelia una revuelta armada en 1992, después de que las autoridades, temiendo una revolución parecida a la iraní, desestimaron unas elecciones parlamentarias que un partido político de ideología religiosa parecía destinado a ganar. Hasta 200.000 personas murieron en el baño de sangre que siguió al levantamiento, aunque la violencia ha disminuido en los últimos años.
Los ataques de ayer fueron los primeros contra comisarías de policía desde que unos camiones bomba explotaron casi simultáneamente en dos dependencias de las fuerzas del orden en la región de Argel el pasado 30 de octubre, dejando tres muertos. En diciembre, otro atentado cerca de Argel mató a dos civiles. Los salafistas han reiterado en varias ocasiones que seguirán con su Yihad y no aceptarán la oferta de amnistía del Gobierno del presidente Abdelaziz Buteflika.
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