JUAN IGNACIO IRIGARAY
El empresario Jorge Antonio, supuesto testaferro y confidente de Juan Domingo Perón y amigo del sirio Monzer Al Kassar, falleció a los 88 años en Buenos Aires. El Turco -así le llamaban los peronistas- personificó a la denominada «burguesía nacional» de Argentina, que nació y se desarrolló al amparo de los favores del poder. Su vida estuvo emparentada a la de Perón, al que conoció en 1946, cuando era chófer de una empresa familiar. El destino le catapultó a la dirección del Primer Plan Quinquenal, gracias a su devoción por el líder populista. Durante los gobiernos peronistas, actuó de intermediario en las millonarias exportaciones de cereales y carnes, y amasó una cuantiosa fortuna.
Desde la filial argentina de la automotriz alemana Mercedes Benz hizo contactos con los fugitivos nazis del III Reich y actuó de puente para el exilio en Argentina de Adolf Eichman, Joseph Mengele, Erich Priebke y otros criminales de guerra. «Pensé que era una monstruosidad lo que había hecho Eichman, pero pensé también que era la guerra y él no hacía más que cumplir órdenes», explicó hace poco en su última entrevista. No fue ése su único punto oscuro, ya que también estuvo vinculado al magnate Monzer Al Kassar.
Durante unos años vivió en España, donde adquirió una residencia en Puerta de Hierro para Perón y su mujer Isabel, hoy detenida en Madrid a la espera de ser extraditada. Solo y casi olvidado, pasó los últimos años encerrado en su piso del barrio de La Recoleta.
Jorge Antonio nació en 1919 en Buenos Aires, ciudad en la que murió el 12 de febrero de 2007.
|