El escenario podría estar sacado de una vieja serie televisiva. En la playa de Cronulla, una de las más apreciadas de Sydney, cuerpos esculturales se broncean sobre la arena mientras los aficionados al surf se deslizan sobre las olas y los bañistas nadan bajo la atenta mirada de un grupo de mujeres entrenadas para salvar sus vidas.
Es posible que los cuerpos de las vigilantes de la playa sean esculturales, pero sus trajes de baño impiden adivinarlo. Fuera tangas y redondeces: en Cronulla el uniforme de las socorristas es el burquini, un traje de baño de dos piezas, parecido a un chándal con capucha, diseñado expresamente para que las musulmanas puedan disfrutar del agua sin apartarse de la modestia islámica.
La creadora del burquini -en teoría, el resultado de mezclar lo imposible: el biquini con el burqa- es Aheda Zanetti, una libanesa criada en Australia, de 39 años, que ha revolucionado con su creación el deporte femenino entre las mujeres musulmanas.
En su página web www.ahiida.com, Aheda explica cómo el burquini nació de su propia experiencia en su país de adopción, cuando las restricciones derivadas de sus creencias culturales y religiosas frustraban su deseo de practicar deportes y complicaban su participación en actividades de grupo.
«A medida que pasaban los años, me di cuenta de que las chicas y mujeres que abrazaban el islam y obedecían el precepto de vestir modestamente perdían oportunidades de participar en las actividades deportivas que ofrece Australia».
Ése fue el motivo por el que creó la firma Ahiida, especializada en ropa deportiva para la mujer musulmana y, en especial, en trajes de baño que exporta a todo el mundo.
Aheda ha creado dos líneas de burquinis realizados en licra de colores tan llamativos como cualquier otra marca deportiva: una ceñida y otra descrita como modesta. La diferencia entre una y otra es casi imperceptible: ambas están compuestas por un pantalón ancho y una camiseta de manga larga cuyo cuello está unido a un gorro que cubre por completo el cabello de las usuarias. En el caso del modelo modesto, la camiseta es algo más amplia y larga que en el ceñido, pero ambos han sido bendecidos por el Consejo Islámico Australiano.
«Su apariencia debe ser modesta y al mismo tiempo reflejar con orgullo una apariencia deportista profesional», define Aheda. «Suministrando la ropa apropiada para la mujer musulmana que cumple con sus obligaciones, mostramos que son un modelo a seguir y no unas oprimidas».
La idea parece haber sido un éxito. Sólo en Sydney, 9.000 mujeres han adquirido un burquini pese a su precio, unos 100 euros.
A juzgar por los comentarios de su página web, el modelo ha conquistado a muchas nadadoras. «Por fin puedo estar en el agua sin parecer una idiota. Ya no me hundo por el peso de la ropa mojada. ¡Me encanta este bañador!», se congratula Heba, de EEUU. «Después de siete años sin bañarme en público, ¡por fin lo hice! Gracias por ayudarme en esta experiencia», testimonia Dawn. «Ahora parezco una nadadora real», añade Diana.
El burquini parece mejorar los modelos que le antecedieron: el bañador sharia (en referencia a la ley islámica) comercializado en Egipto en el año 2000, un diseño de cuello alto, mangas largas y una falda que caía sobre unos amplios pantalones; el también egipcio bañador hijab (en referencia al hábito y pañuelo empleado por las musulmanas), realizado en un tejido que no se adhería al cuerpo una vez mojado, y el turco Hasema, un modelo lanzado en el año 2006 consistente en un amplio traje de baño de dos piezas que vendió 40.000 unidades. Entre las compradoras se encuentra Hayrunisa Gul, la mujer del ministro turco de Asuntos Exteriores.
Pero la prueba de fuego corre a cargo de las vigilantes musulmanas de Cronulla que, tras someterse a 10 semanas de entrenamiento, comenzaron el mes pasado a trabajar como socorristas para salvar vidas y, de paso, acabar con los episodios de violencia racista que se produjeron en esta playa en las navidades de 2005. Meca Laala, de 22 años, es una de los 17 jóvenes musulmanes implicados en el proyecto con el burquini como uniforme femenino. «Soy australiana y siempre he seguido el estilo australiano de vida, pero el burquini me permite participar mucho más en él. Antes solía ir a la playa, pero sólo ahora, con el burquini, puedo nadar».
LO DICHO Y HECHO
«Por fin puedo estar en el agua sin parecer una idiota. Ya no me hundo por el peso de la ropa»
1968: Nace en el Líbano. 1970: Emigra con su familia a Australia, país donde sigue viviendo. 2000: Aparece en Egipto el bañador sharia. 2006: Zanetti lanza el burquini, un traje de baño inspirado en el biquini y diseñado para musulmanas. Poco antes se había comercializado en Turquía el hashema, de dos piezas 2007: El burquini se convierte en el uniforme de las socorristas musulmanas de la playa australiana de Cronulla.