Por menos de 30 euros el menú para dos, en el restaurante Carnation donde cocina Lee se servirán esta noche diez platos. Entre las delicias típicas de la cocina cantonesa como el dim sum o la sopa de aleta de tiburón, se han colado una ensaladilla templada con cubitos púrpuras, un bolón de bacalao rebozado en frituras de la patata y, de postre, un pudin galáctico que explota el dulzor del nuevo ingrediente. Las parejas también brindarán con un batido purpúreo, aunque para una noche tan especial, el mismo chef recomienda «combinarlo con una buena botella de vino».

A menos que se confirme la existencia de vida vegetal en alguna lejana galaxia, nunca antes había llegado tan lejos un tubérculo. En 2005, China lanzó al espacio su segunda, y hasta ahora última, misión tripulada. A bordo de la cápsula Shenzhou VI viajaban dos taikonautas -como se conoce en la calle a los astronautas chinos- y, como es habitual en estas misiones, varias plantas y semillas para experimentar cómo les afecta la exposición a la radiación espacial o la falta de gravedad.

De vuelta en la tierra, la empresa Haikou Purpure Orquid cultivó las semillas viajeras en las arenas de la isla de Hainan, donde el tubérculo germinó favorecido por el clima cálido del sur de China. El resultado es una patata de toda la vida, pero con el color y el sabor potenciados. Además, los responsables de la empresa aseguran que es un alimento muy recomendable para quienes sufren problemas intestinales.

Los comentarios sobre la rareza gastronómica y sus propiedades han inundado la blogosfera china. «Internet ha sido la forma, rápida y gratuita, de promocionar nuestro menú de San Valentín», señala Hua Zhen, la gerente del Carnation. El restaurante tiene un comedor para más de 200 comensales y 16 habitaciones privadas para clientes VIP que «siempre piden uno o dos platos elaborados con patata espacial». «Los extranjeros se fijan más en los ingredientes y el sabor de los platos, pero a los chinos les importa tanto el aspecto como el nombre de la receta», dice Hua. Por eso, aunque es un tubérculo, en la carta aparece bajo el nombre de «orquídea púrpua».

San Valentín es una celebración importada en los últimos años al frenesí consumista de algunos sectores en China. El calendario tradicional reserva el séptimo día del séptimo mes lunar a la fiesta del amor o Qi Xi, en referencia al día en el que los dioses permiten el reencuentro de las estrellas Altair y Vega, un ganadero y una costurera, según la leyenda, que viven separados por la Vía Láctea, un muro creado por los celos divinos.