Era la hora del break para el cantante de oro, que vela armas en vísperas de iniciar sus conciertos en Perú (9 de marzo) para después continuar por Argentina, Uruguay, México y dos citas en Miami y Nueva York. Sus shows en España para presentar su álbum El tren de los momentos, en agosto y septiembre.

Alejandro Sanz no para de estar en el ojo del huracán. Toda una tormenta mediática lo asedia desde su separación de la modelo Jaydy Mitchell y, aún más, desde que hizo público que tiene un hijo secreto con una peluquera, convertida en estrella de la prensa más voraz a golpe de exclusiva.

Pregunta.- ¿Va a sorprender en esta nueva gira con algo especial?

Respuesta.- He rescatado a músicos muy talentosos, y lo que va a haber es una mayor interactuación con el público: invitaré a alguien a que suba a cantar y dejaremos que la gente pueda hacer fotos con el móvil. Al final, realizaremos una proyección con las mejores. Y queremos hacer con esas imágenes una especie de crónica fotográfica en la web cuando acabe la gira.

P.- Por cierto, mucha gente que acude a sus conciertos casi parece ir más a cantar ellos que a escucharle a usted.

R.- Sí, pero eso es muy bonito también. Si cantan, es porque sienten mis canciones. Tienen derecho a cantarlas porque son también suyas, forman parte de su vida.

P.- ¿Está rodeado de aduladores?

R.- No, porque me resultan incómodos. Cuando alcanzas un poco de poder en tu campo, siempre aparecen, pero me molestan. No me gusta hablar de mí cuando estoy yo presente. Además, los aduladores no saben hacer nada. Yo prefiero gente que me provoque.

P.- Usted se dejó ver el otro día en la presentación del festival Rock en Río [que, después de tres ediciones en Río de Janeiro y dos en Lisboa -donde actuó Sanz-, llegará a Madrid en 2008]. ¿Qué pinta un cantante de su estilo en un festival de rock?

R.- Rock en Río no es un festival de rock. Es un festival de música, donde se reúne mucha gente como en una celebración. De todas formas, cada uno tiene su opinión.

P.- ¿Cómo se define? ¿Como cantante de pop, de música melódica..?

P.- Creo que, hoy en día, hablar de fusión está pasado. Fusión es todo. Los puristas se quedaron atrás. No sé, lo mío es chirigota pura. La palabra pop no me gusta, suena fea.

P.- ¿Le impide el megaéxito ver la realidad?

R.- Las realidades cambian. Yo creo que hago las cosas con una lógica, vivo con mi familia, con la gente que me quiere, y espero que siga siendo así.

P.- Una separación, un hijo secreto... su vida es como un culebrón últimamente, ¿no?

R.- El culebrón lo hacen ustedes. Yo odio los culebrones, especialmente si el protagonista soy yo. Pero, ¿qué puedo hacer?

P.- ¿Esta gira va a ser su refugio?

R.- No, yo me dedico a esto, es lo que me gusta. Cuando subo al escenario, pienso: «Por fin solo», aunque parezca paradójico.

P.- ¿Siente como si una mano negra quisiera enturbiar su éxito?

R.- No. Llevo 15 años en el mundo de la música y me siento ya pagado. Es muy difícil llegar, pero mucho más mantenerse.

P.- ¿De qué se arrepiente?

R.- De nada.

P.- Hay cantantes de cuya vida privada no habla ni la prensa del corazón ni la gente. Si se habla de la suya, ¿es porque usted lo ha permitido?

R.- Jamás. Será que otros han tenido más suerte que yo. O han sido más golfos, y tal vez por eso no se habla de ellos. Igual yo tengo que ser más golfo.

P.- ¿Le beneficia o le perjudica que, justo después de publicarse su disco El tren de los momentos y antes de arrancar su gira, su nombre salte a los titulares por asuntos extramusicales?

R.- ¿Vamos a hablar de mi gira o de mi vida? Porque, para esto, me habría ido al programa de Ana Rosa. Si va a seguir usted por ahí, no le voy a contestar.

P.- ¿Qué recuerdos tiene del disco con el que debutó en los años 80, bajo el pseudónimo de Alejandro Magno y con el título de Los chulos son p'a cuidarlos?

R.- A veces, se utiliza eso como arma arrojadiza contra mí. Yo era un crío y conocí a gente como Capi [Miguel Angel Arenas, su productor entonces] o Luis Miguélez [militante en su día de Alaska y Dinarama y hoy líder de Glamour To Kill], que estuvo en mi boda en Bali. Le voy a sugerir a Luis que titule su nuevo disco Lo mejor de lo peor. Ja, ja, ja.