Jueves, 15 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6269.
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Los Brit Awards se rinden a Arctic Monkeys
La banda de Sheffield, que no acudió anoche a la ceremonia, fue la gran vencedora de unos premios donde también triunfaron los estadounidenses The Killers
FERNANDO MAS. Corresponsal

LONDRES. - Ya es demasiado que Arctic Monkeys siga mandando en el panorama musical británico gracias a su primer trabajo, pero la realidad se impone. O la industria discográfica. Aquellos cuatro niños de Sheffield que se hicieron famosos por obra y gracia de internet, esos muchachos que alucinaron cuando When the sun goes down y, sobre todo, I bet you look good on the dancefloor empezaron a pasar de ordenador a ordenador y de boca a boca hasta encabezar las listas de éxito, volvieron a ser ayer los reyes de los British Awards.

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Lo fueron el año pasado, cuando ellos y su álbum de debut, Whatever people say I am, that's what I'm not, fueron considerados el mejor grupo y el mejor disco revelación del año. O el panorama está seco o no hay quien les tosa a estos chicos, que se pusieron a tocar la guitarra en 2001. Sí, ayer mismo, y, sin embargo, ya se dan el lujo de no asistir a las galas y recoger los premios a larga distancia. «Muchas gracias, estamos muy agradecidos», dicen en un vídeo donde aparecen disfrazados al más puro estilo Village People. Para ellos, premio a la mejor banda británica y al mejor álbum.

Los primeros singles de Arctic Monkeys -que, por cierto, actuarán el próximo 21 de julio en el Festival de Benicàssim- desbancaron de los puestos más altos de las listas de éxitos a Robbie Williams, el más nombrado en la gala de ayer. El presentador, el transgresor Russell Brand, lo recordó de forma insistente. A él, a sus drogas, a sus excesos, a su rehabilitación. Normal, Brand y Williams tienen mucho en común.

Tan presente estuvo el deprimido Robbie que Take That, la vieja (literal) banda de la que se marchó en 1995, subió al escenario en dos ocasiones. Una para cantar un pastel de los suyos; otra para recoger el premio al mejor single del año por Patience.

Los Brits no son 100% británicos. Dejan algún apartado para la música internacional, que suele ser, en este caso sí, 100% estadounidense. Lo que no es de la isla es de la antigua colonia. The Killers, de Las Vegas, fue considerada mejor banda internacional y su álbum Sam's Town, lo mejor del mercado exterior en 2006. Todo es discutible, claro. Como que un lujo llamado Amy Winehouse sólo se llevara un premio (mejor cantante) y su emocionante Back to black (que vio la luz en octubre de 2006) no tuviera mejor suerte frente al Whatever people say... de los Arctic Monkeys que ya tiene más de un año.

Pero la vida es así. Winehouse se merece mucho más, sólo por el personaje que es, sólo por la voz que tiene, sólo por ser capaz de destronar a una Lily Allen que iba de triunfadora y que se quedó planchando la silla toda la noche. Para ella, no hubo nada de nada. Bueno, sí, su papá la saludó desde el escenario cuando subió a entregar el primer premio de la noche al grupo Muse por la mejor actuación en directo de 2006.

Es decir, la mejor actuación del año, porque la mejor de la noche fue la de Oasis. La banda de los hermanos Gallagher se encargó de cerrar una ceremonia divertida gracias a Russell y de la que todos estaban pendientes porque era la primera vez que se retransmitía íntegramente en directo desde 1989. Entonces, Samantha Fox y Mick Fleetwood lo hicieron tan rematadamente mal -se olvidaban del guión, no anunciaban los vídeos cuando correspondía...- que se decidió pregrabar la entrega de premios.

Ayer no. Y se notó. Demasiada publicidad, demasiadas prisas, pero la brutalidad verbal de Russell y actuaciones como las de los propios The Killers, de Red Hot Chili Peppers y, sobre todo, de Oasis dejaron una sonrisa en la boca. Una velada triunfal.

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