SERGIO LEVINSKY. Especial parta EL MUNDO
BUENOS AIRES.-
En las horas previas del partido entre River Plate y Lanús, el pasado domingo, dos facciones de la barra brava del equipo local se enfrentaron en una pelea con armas. La disputa estaba originada por el reparto del dinero proveniente del traspaso de Gonzalo Higuaín al Real Madrid, con el que supuestamente les paga el club.
Por tales hechos, ha intervenido la Fiscalía local, como ya lo hizo cuando Los borrachos del tablón, como se conoce a la barra de River, pincharon las ruedas de los coches de los futbolistas de su equipo, el año pasado.
La fiscal Claudia Barcia -la misma que intervino cuando Carlos Bilardo, siendo entrenador de Estudiantes, descorchó una botella de champagne junto al banquillo, aunque el entrenador se defendió alegando que dentro sólo había bebida gaseosa-, exigió en el club tanto el padrón de socios como el libro médico, debido a que en más de una oportunidad los violentos atendidos por distintas heridas son registrados de forma que no se pueden descubrir sus nombres.
El enfrentamiento de dos facciones de la barra (cada una responde a sus líderes, Alan y Adrián) ocurrió poco después de iniciarse el partido que River ganó (1-0) a Lanús en la primera jornada del Torneo Clausura. Ambos grupos aparecieron en escena cuando muchos socios se encontraban degustando un asado, y los enfrentamientos culminaron con heridos de consideración, aunque el comunicado posterior del club indica que solo hubo «golpes de puño».
El ex árbitro Javier Castrilla, ahora subsecretario de Seguridad en Espectáculos Deportivos de Buenos Aires, solicitó la pena máxima de suspensión (cinco partidos) para el estadio Monumental, mientras que el propio club pretende que sean sólo tres los partidos que River deba jugar en otro estadio como local y sólo en el Clausura para que no se aplique a otros torneos, como la Copa Libertadores.
Por su parte, el dirigente político de izquierdas Marcelo Parrilli, autor de uno de los libros que investigan el funcionamiento de las barras bravas, denunció en la misma Fiscalía que los directivos de River dan «financiación y protección» a los ultras, lo que se suma al aporte de una testigo presencial de los hechos del domingo, que apareció de forma sorprendente para comprometer a los violentos aportando nombres.
La situación de Los borrachos del tablón puede ponerse aún más difícil el próximo fin de semana, cuando River visite a Newells Old Boys en Rosario, debido a que ya hay antecedentes de durísimos enfrentamientos entre ambas barras bravas en la carretera entre Buenos Aires y Rosario, y porque en esta última ciudad podría aplicarse a los violentos el derecho de admisión, que no se cumple en Buenos Aires.
En otro día de furia, el martes, y sin partido, fue asesinado a quemarropa con dos balazos un joven de 15 años en Mendoza, cuando dos facciones de la barra brava del Godoy Cruz se enfrentaron por el dinero del reparto de las entradas de favor del partido del pasado domingo. Otro niño de 12 años fue herido.
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