PABLO PARDO. Especial para EL MUNDO
WASHINGTON.-
Ben Bernanke cree que la Reserva Federal puede haber logrado la cuadratura del círculo. Es decir: enfriar una economía con riesgo de recalentamiento y en plena burbuja inmobiliaria sin llevarla a la recesión. Ése fue el testimonio del presidente del banco central estadounidense, ayer, ante el Comité de Banca del Senado.
El mensaje fue saludado con comprensible optimismo por los mercados. Tras las palabras de Bernanke, los dos índices más importantes de Wall Street -el Standard and Poor's y el Dow Jones- subían, respectivamente, un 2,60% y un 2,18% (este último registró al cierre 12.741,86 puntos, un nuevo récord); y los tipos a largo caían cinco puntos básicos, hasta el 4,76%. El dólar cedía un 0,69%, situándose en un cambio de 1,3122 unidades por euro, su nivel más bajo desde el 5 de enero.
La única noticia negativa fue el mal dato de los inventarios de petróleo. Pero eso quedó sepultado por el optimismo de la Reserva Federal, sintetizada en la primera frase del segundo párrafo de la declaración de Bernanke: «La economía de EEUU parece estar llevando a cabo una transición desde el rápido ritmo de expansión experimentado a lo largo de los años precedentes hacia una tasa más sostenible». El impacto de esa desaceleración puede estar afectando a los precios, cuyo crecimiento «parece haberse abatido en cierta medida después del repunte de la primera mitad de 2006».
La moderación del precio del petróleo parece estar jugando un papel central en esa dinámica. Y eso es algo que EEUU debe agradecer a Arabia Saudí, que aparentemente ha adoptado la decisión de bloquear las iniciativas de los duros de la OPEP -capitaneados por Venezuela e Irán- de pedir nuevos recortes de la producción de crudo. Una medida que en EEUU muchos consideran que es política, y que obedece a una guerra económica saudí contra su principal rival por la hegemonía del mundo islámico, Irán, que carece de capacidad excedente para aumentar su producción de petróleo.
Sea por la razón que sea, EEUU parece tener el futuro económico un poco más seguro que hace tres meses, cuando Bernanke calificaba la inflación de «inconfortablemente alta». Eso sí, el presidente de la Fed dejó claro que no cree que los tipos oficiales, actualmente en el 5,15%, vayan a bajar por ahora. Así que mantiene la guardia, aunque los riesgos son menores.
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