De la odisea de los inmigrantes del buque Marine I hemos pasado a la odisea de los policías. Los agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP), enviados a Mauritania para identificar a los 369 sin papeles del barco averiado, se mostraron ayer indignados por «el abandono y trato vejatorio» que dicen haber sufrido por parte del Ministerio del Interior y del de Exteriores.
Los policías durmieron a ras de suelo sobre unos cartones, tuvieron que autogestionarse la comida y, encima, fueron retenidos durante varias horas por las autoridades mauritanas, que no les permitían despegar en un avión rumbo a Canarias. «Ha sido el peor servicio que he realizado en mi vida. Nos han dejado abandonados de la mano de Dios. Allí montaron un dispositivo humanitario para los inmigrantes, pero nadie se preocupó por nosotros», relató ayer a este diario un policía que llegó en la madrugada del miércoles a Canarias.
Todos los sindicatos policiales han criticado duramente el caos y el descontrol de las repatriaciones de los sin papeles del Marine I gestionadas por Interior y Exteriores.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, también arremetió ayer duramente contra la gestión del Ejecutivo en la crisis del buque averiado. «Lo que ha ocurrido es que un país como Mauritania le ha tomado el pelo a España», dijo Rajoy en El Puerto de Santa María. El líder del PP estimó intolerable que «se haya dejado a cien funcionarios de policía españoles durmiendo de mala manera en una especie de nave que no reunía las más mínimas condiciones de dignidad. Se ha organizado un espectáculo lamentable», según informa José Contreras.
Mientras arrecian las críticas, el Departamento que dirige Miguel Angel Moratinos realizaba ayer intensas gestiones para deportar a los 299 inmigrantes de origen indio que viajaban en el barco. La embajadora de este país en Mauritania, residente en Dakar, llegará hoy a Nuadibú para impulsar las tareas de documentación de sus nacionales.
El Gobierno de la India parece dispuesto a acoger a sus compatriotas, pero hay problemas para identificar a un pequeño grupo, lo que está retrasando la salida del vuelo. Aunque el desplazamiento estaba previsto para ayer, desde Exteriores pidieron más tiempo para llevar a cabo todas las labores de documentación.
Por el momento, sólo ha habido dos vuelos bastante accidentados. Un Hércules trasladó a 35 inmigrantes subsaharianos a Cabo Verde, aunque en un primer intento el avión fue rechazado, se tuvo que dar la vuelta y sólo logró aterrizar en la segunda ocasión. Otros 35 asiáticos fueron enviados en la madrugada del miércoles a Las Palmas de Gran Canarias en el vuelo en el que viajaban los policías que iban a ser relevados, como adelantó ayer EL MUNDO. Los agentes iban a viajar solos a Canarias, pero entonces las autoridades mauritanas cerraron el aeropuerto y se negaron a dejarles salir si no se llevaban a los sin papeles. «Estuvimos secuestrados durante más de cuatro horas y media con nuestros pasaportes en la mano», manifestó ayer un funcionario.
El Gobierno mauritano temía que se fuesen del país todos los policías y les dejasen allí a los inmigrantes. Tras intensas negociaciones, rifirrafes y hasta un plante de los agentes, finalmente les dejaron despegar con 35 inmigrantes a bordo.
Según ha informado el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados en España (Acnur), estos 35 sin papeles pueden ser solicitantes de asilo político y tres de ellos proceden de Afganistán, diez de Sri Lanka y 22 de Myanmar (antigua Birmania).
Desde el Ministerio de Exteriores insisten en que, aparte de estos 35 extranjeros, ninguno de los ocupantes del buque negrero -que permaneció durante nueve días fondeado frente a Mauritania- acabará en las Islas Canarias. Mientras tanto, España también se ha encargado de sacar al Marine I de las aguas mauritanas y la embarcación Luz de Mar está remolcando el barco rumbo a Tenerife.