Comida en el día de San Valentín. Y por lo que parece, aunque no hubo escena del sofá, las cosas van bien en el PP de Madrid. La presidenta de la Comunidad y del PP regional, Esperanza Aguirre; el vicepresidente del Gobierno regional, Ignacio González; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; y el vicealcalde de la ciudad, Manuel Cobo, mantuvieron ayer una comida de trabajo en la sede del Gobierno regional para perfilar la campaña electoral y las listas para el Ayuntamiento de Madrid.
Aguirre tiene el control del partido y, por lo que parece, no quiere hacer sangre después de la derrota que tuvo el equipo del alcalde en el famoso comité regional en el que salieron derrotados Manuel Cobo y los seguidores de Gallardón. Prefiere la paz después de que todo el mundo sabe quién manda en el partido en Madrid y goza del apoyo de sus militantes y cargos públicos.
En el PP regional había algunos nombres que no estaban dispuestos a aceptar. La renuncia de la concejala de Las Artes, Alicia Moreno, le ha venido bien a Gallardón para no abrir heridas pasadas. A cambio, el PP de Madrid no ha pedido la cabeza de Pedro Calvo, que con sus últimas acciones en el asunto de los parquímetros había sufrido un importante desgaste interno.
El alcalde y candidato del PP parece que llevó ayer, dentro de este ambiente de San Valentín, la lista de sus incondicionales. Ni Aguirre ni Gallardón quieren peleas a estas alturas de precampaña, por lo que parece que se aceptarán los nombres, que deberán ser ratificados por el partido y el comité electoral que preside en Madrid Ignacio González y, en Génova, Javier Arenas, más cercano a Gallardón. Aguirre colocará en la lista a sus incondicionales, entre los que se encuentran, fundamentalmente, Angel Garrido, Eva Durán, Elena Sánchez Gallar, Iñigo Enríquez de Luna, Jesús Moreno, Carlos Izquierdo, Luis Miguel Boto...
Todos ellos irán entre los 30 primeros, que son los que podrían salir en las elecciones previstas para el próximo 27 de mayo. En la reunión, el alcalde habría entregado para su estudio la lista de sus fieles, aunque luego podrá nombrar, gracias a la nueva Ley de Capitalidad, a los concejales que quiera. Está por ver si ha ascendido a algún concejal o si mantienen sólo el núcleo duro.
Parece claro que tras la reunión se ha guardado el hacha de guerra y no habrá ningún enfrentamiento. Mariano Rajoy no tendrá que intervenir para poner paz en un momento tan complicado como puede ser la elaboración de las listas electorales. Quizá Aguirre quiera tener presencia luego en el Gobierno municipal, pero eso será si ganan las elecciones y falta aún mucho.
Génova, en el caso de Madrid, tiene tradicionalmente poder en esas listas, pero parece que se ha impuesto un sentido práctico, tras la salida de la lista de Moreno, y habrá acuerdo tras la comida. Palabras como pacto o unidad parece que se impondrán en las próximas semanas, y por sentido práctico no se destaparán en público discrepancias salvo que la provocación sea mayúscula.
El encuentro de ayer parece que fue «tranquilo» y «muy constructivo». Durante el encuentro se sentaron las bases que deberán regir en la campaña electoral y se pergeñó la estrategia que pondrán en marcha los equipos electorales en las próximas semanas.