Exposición: 'En los campos de batalla'. / Artista: Bonifacio. / Formato: pintura y obra gráfica. / Lugar: Círculo de Bellas Artes. Sala Picasso (Marqués de Casa Riera, 2). / Fecha: hasta el 31 de marzo.

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Una gran exposición, una enorme exposición para celebrar la pintura de ese enorme artista que es Bonifacio. El título de la muestra, una minuciosa retrospectiva comisariada por Juan Manuel Bonet y Pilar Borrás, así como el prólogo del propio Bonet, subrayan el duro combate, la larga batalla librada por Bonifacio en el campo de la pintura desde hace casi 50 años. Batalla por la expresión propia, por su consumación, por su afianzamiento, por su expansión. Una batalla por la pintura y una pintura de batalla. «Una pintura es buena cuando en ella hay lucha», nos dice Bonifacio Alfonso Gómez (San Sebastián, 1934), a quien siempre hemos conocido como Bonifacio o con el diminutivo cariñoso del Boni.

Desde muy joven estuvo ligado al mundo taurino, del que le retiró una grave cornada. En 1957 comienza a pintar, aunque entre diversos oficios también era grafista y músico de jazz, dos aficiones que influyen en el estilo potente y barroco de su dibujo, heredero de la belleza convulsa que inspiró André Breton al surrealismo. Tras exponer en distintas ciudades españolas en 1970, es adoptado por Juana Mordó como artista de su galería, una forma de ingresar en el numerus clausus del mejor arte español del momento.

La primera pintura expuesta data de 1967, una bella pieza influida por el action painting, que fue el tipo de obras que fascinó a Fernando Zóbel en ese año, de ahí que decidiera comprarle un par de cuadros para el Museo de Arte Abstracto que pensaba abrir en Cuenca. En esa misma ciudad se instaló más tarde Bonifacio junto a Antonio Saura, Guerrero, Rueda y el propio Zóbel. Fue allí donde yo le conocí en una vieja casa de la ciudad vieja. El entorno de Cuenca fue muy importante en esa lucha de Boni por la pintura, que luego saludaron Saura, su maestro Roberto Matta, Severo Sarduy o Guillermo Cabrea Infante, estos dos últimos escritores de barroquismo caribeño tan próximos en sensibilidad a su pintura trágica.

Hay mucha obra, y muy significativa, recorriendo los pasos siempre coherentes de su evolución, los 70, los 80, también los últimos años. Pintura, dibujo y una gran representación de su obra gráfica y de los libros de artista, incluso de sus especialísimos cómics. Se ha editado además un catálogo muy completo, que sirve para entender mejor su vida aventurera y su obra genial. Un merecidísimo homenaje que hay que ver.