Jueves, 15 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6269.
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No hay verdad que no haya sido perseguida al nacer (Voltaire)
 OPINION
BAJO EL VOLCAN
Hasta el último día
MARTIN PRIETO

La miserable balada de De Juana Chaos invita a la melancolía porque en torno a las peripecias a las que ha sometido a la Justicia no se ha abierto ningún debate social medianamente importante. Ya hasta nos hemos olvidado de aquel consenso político que prometía el cumplimiento íntegro de las penas a los culpables de delitos aberrantes. En Alemania sí se da un debate sobre la libertad condicional de Brigitte Mohnhaupt, integrante de la banda Baader Meinhof, autora de 34 asesinatos y condenada a cinco cadenas perpetuas. El problema no es que sólo haya cumplido 24 años, sino que ni se arrepiente ni pide perdón por sus víctimas. Un Estado desbraguetado como el nuestro le ofrece una nueva identidad a sus 57 años para que la loba rehaga su vida sin arrepentirse de nada.

A veces, el cristianismo de catecismo da en el fondo de los hechos y las conductas: arrepentimiento de los pecados, dolor de corazón y propósito de enmienda. En legislaciones anglosajonas y puritanas, a la hora de liberar al reo, graciosamente, se exige el aborrecimiento de sus crímenes y el perdón de los agraviados. Se sueltan los conceptos como traíllas de perros y en España o Alemania se anatematiza la venganza. El monopolio de la venganza lo tiene el Estado, y eso es un progreso sobre la barbarie. Y las víctimas del terrorismo tienen derecho a resarcirse moralmente ya que renuncian a tomarse la justicia por su mano.

Lamento que 10 magistrados del Tribunal Supremo se hayan dejado torcer el brazo por el Gobierno y sus quimeras antiterroristas. De Juana es miembro de una banda armada y ha publicado amenazas terroristas contra jueces y funcionarios de prisiones, con nombres y apellidos, que no son precisamente improperios de patio de vecindad. Tres años vale el lógico miedo de los amenazados y sus familias. El matonismo en España se cotiza barato. La torticera huelga de hambre con la novia a pie de cama no puede acabar con su excarcelación antes de tiempo. Al menos que pida perdón por sus delitos y renuncie al crimen. De Juana ni siquiera admite la suavísima condena del Supremo. No reconoce la Justicia española y ésta es buena ocasión de que la sienta en todo su rigor. Este buitre no pertenece a la especie de los suicidas y vigilará su vida como ha descuidado la de sus víctimas. Cuando transite el corredor del no retorno volverá a comer. El verdugo no se va a dejar morir por un año de cárcel o de libertad condicional. Juega de farol. Darle alguna medida de gracia a De Juana en atención a los derechos humanos sería un sarcasmo. Es poco, pero hasta el último día.

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