Jueves, 15 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6269.
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Impresiones
Una crítica edulcorada por los vuelos de la CIA

La Eurocámara aprobó ayer un informe sobre las actividades ilegales de la CIA en territorio europeo que ha resultado muy edulcorado sobre lo que inicialmente se pretendía. Así, aunque el texto realice una acusación general a los Estados de la UE por «cerrar los ojos» ante los vuelos de la CIA, se han suavizado profundamente las críticas a Gobiernos concretos -especialmente las dirigidas a Alemania, por cuyo cielo pasaron la mitad de los aviones-, y también se ha eliminado toda referencia a que los países que hayan sido cómplices de los actos ilegales puedan recibir sanciones. Por eso resulta tan difícil creer al ponente del informe, el socialista italiano Fava, cuando dice que la Eurocámara ha demostrado su «autonomía» por no ceder a las presiones de los Ejecutivos. Son éstos los que deben en sus respectivos parlamentos y tribunales emprender una investigación a fondo para averiguar qué ocurrió entre octubre de 2001 y el verano de 2005. Sin embargo, el hecho de que en muchos casos -entre ellos el español- los vuelos tuvieran lugar en parte con el Gobierno que debe encabezar las investigaciones, unido a una mala concepción de lo que significa mantener unas buenas relaciones con EEUU, son razones que fomentan el escepticismo. La existencia de vuelos secretos con prisioneros e incluso de cárceles clandestinas en suelo europeo vulnera no sólo nuestras leyes más básicas, sino, sobre todo, los valores sobre los que se asienta la UE. Una vez más, el Parlamento Europeo demostró ayer su carácter fundamentalmente retórico, aunque, eso sí, acertó con el mensaje.

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