Las declaraciones de los responsables políticos sobre el desplome del túnel de Vielha han ido subiendo de temperatura paralelamente a la frenética actividad de los operarios para cumplir los plazos de reapertura.
Los representantes de las administraciones se han cruzado reproches.El Síndic de l'Aran, Carles Barrera, aseguró que las autoridades aranesas se habían encontrado muy solas ante el accidente y puso en tela de juicio el cumplimiento del calendario de las obras del nuevo túnel que tiene que sustituir al siniestrado.
La replica más dura de la Generalitat vino ayer del conseller de Política Territorial, Joaquim Nadal, que tras una interpelación en el Parlament del diputado convergente, Josep Rull, sobre el accidente, acusó a Barrera de actuar unilateralmente, con deslealtad institucional y además de tener poca decencia. Nadal se preguntó: «¿Dónde estaba el Síndic cuando se desplomó el túnel? No quiero entrar en su legitimo derecho a utilizar su vida privada, pero en Vielha no estaba», añadió.
Nadal recordó que el conseller de Interior, Joan Saura, se personó en la zona poco después del siniestro y, tras conocer los detalles del accidente, puso al servicio de los cuerpos de seguridad y emergencias los recursos humanos y materiales de los que dispone la Generalitat.
Sin embargo, el calendario sí se ha cumplido. Esquiadores, turistas, visitantes y lugareños podrán acceder desde hoy al Vall d'Aran en sus vehículos particulares pasando por el túnel de Vielha.Fomento ha mantenido cerrada la citada galería desde el pasado domingo cuando se desplomó parte del falso túnel de la boca norte y ha estado trabajando a destajo para reabrirlo antes del fin de semana con maquinaría pesada y dos centenares de operarios al pie del cañón durante las 24 horas del día.
Fomento y el delegado del Alt Pirineu, Víctor Orrit, reiteraron que sólo algún imprevisto de última hora puede retrasar la apertura unas horas de la conexión de la N-230 con Vielha, prevista para hoy a las 15 horas.
El Ministerio garantiza la correcta ventilación del túnel a pesar de que las turbinas de la boca norte quedaron inutilizadas por el desplome. Para evitar altas concentraciones de gases y dióxido de carbono en el interior de la vetusta galería de más de cinco kilómetros sólo se permitirá la circulación de turismos y furgonetas.
Los transportistas tendrán que continuar utilizando el paso del puerto de la Bonaigua por la C-28, aunque no se descarta que los Mossos organicen convoys especiales de camiones pesados para cruzar el túnel por la noche.
Durante esta semana se han derribado cien metros del falso túnel que quedaron afectados por el desplome, se han retirado los escombros, se han construido paneles de contención de tierras y rocas en la boca de la galería y será necesario la colocación de mallas protectoras en los taludes para evitar desprendimientos de la montaña. Los técnicos de Fomento continúan investigando las causas del desplome, mientras que el síndico y algunos geólogos apuntan que se originó por las obras del nuevo túnel.