GUSTAVO CATALAN DEUS
MADRID.-
Una amplia red de lagos que se llenan y vacían de manera súbita yace debajo de al menos dos glaciares en la Antártida occidental, según una reciente investigación. Más de 100 lagos subglaciales ya habían sido descubiertos, pero los nuevos son particularmente interesantes porque se forman debajo del hielo y tienen mucha actividad hidráulica.
Comprender el comportamiento de estas rápidas corrientes bajo el hielo es esencial para predecir cómo la Antártida podría contribuir a la elevación del nivel del mar en caso de su deshielo. Helen Fricker y un equipo de investigadores analizaron imágenes e información registradas por el Satélite de Elevación Terrestre y Nube de Hielo (ICES, por sus siglas en inglés) de la NASA, entre 2003 y 2006, y obtenidas en las zonas más bajas de los glaciares Whillans y Mercer.
Estos son los glaciares más grandes y más rápidos que transportan grandes masas glaciares desde el interior de la placa de hielo de la Antártida occidental hacia la plataforma del mar de Ross. Los autores identificaron numerosos lagos donde se producían subidas y bajadas del nivel de agua, causadas probablemente porque el agua fluyó hacia ellos y fuera de ellos. El agua es capaz de provocar esas subidas y bajadas porque se encuentra bajo miles de metros de hielo, y por lo tanto está sometida a una elevadísima presión.
Las tres regiones más grandes donde se encuentra esos sistemas acuáticos unidos entre sí tiene una dimensión de entre 120 a 500 kilómetros cuadrados. Las otras zonas son más pequeñas y están más dispersas en la masa continental antártica. Una de las regiones más grandes, llamada lago subglacial Engelhardt, se vació en los dos primeros años de la investigación durante siete meses de la misión ICES, mientras que el lago subglacial Conway se llenó constantemente durante el mismo periodo.
Dos metros al día
Los investigadores afirman que el agua que circula bajo el hielo en grandes cantidades lo hace a razón de unos dos metros diarios. «Confiamos en que la observación continua de esos movimientos nos pueda dar una idea de cómo se mueven las gigantescas masas de hielo de la superficie, y si esto está vinculado de alguna manera al cambio climático», señaló Robert Bindschadler, uno de los coautores del estudio, experto de la NASA. «El movimiento del agua subglacial es muy importante porque funciona como si fuera grasa entre el manto terrestre y el hielo, facilitando su desplazamiento. Tenemos que seguir observando cómo se mueve», añadió.
Los científicos implicados en la investigación están sorprendidos por la cantidad enorme de agua que está implicada en estas corrientes subglaciales, y más aún por la velocidad de transporte. «Pensábamos que esto ocurría a lo largo de décadas, pero está ocurriendo en plazos mucho más cortos, de meses», declaró Fricker.
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