Marte albergó en el pasado corrientes de agua subterránea que se deslizaban entre grandes mantos de roca y cuyas huellas han quedado ahora al descubierto gracias a la erosión y los cambios geológicos. Un grupo estadounidense de científicos acaba de encontrar pruebas de ello entre los impresionantes muros multicolor del cañón Candor Chasma, que han sido fotografiados con un detalle sin precedentes por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter.
Las imágenes en color tomadas por esta nave de la NASA, que se encuentra girando alrededor del planeta rojo desde marzo del año pasado, muestran que el cañón está formado por decenas de franjas rocosas que alternan distintas tonalidades: unas claras y otras oscuras. El investigador Chris Okubo, del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, y su equipo han descubierto que en el interior de las bandas oscuras pueden distinguirse algunos puntos brillantes, que han definido como halos y que fueron producidos hace miles -o quizá cientos de miles- de años por la acción del agua y otros compuestos.
En su momento, estas corrientes líquidas fluían entre las fisuras y aperturas de las estructuras rocosas, enterradas bajo el suelo marciano. Sin embargo, el planeta ha experimentado una intensa actividad geológica desde aquel lejano tiempo, por lo que estas irregularidades han quedado ahora expuestas en el interior del cañón Candor Chasma y han podido ser observadas por la cámara HiRISE (High Resolution Imaging Science Experiment), uno de los principales instrumentos de la Mars Recoinnassance Orbiter.
La teoría de Okubo y sus colaboradores es que el agua, el dióxido de carbono en estado líquido y quizás alguna mezcla entre ambos compuestos corrían entre los recovecos del espeso manto de roca y arrastraban consigo minerales. Éstos se fueron almacenando en las zonas más fracturadas, que eran las que mejor permitían el paso de los fluidos, y provocaron un endurecimiento y blanqueamiento de estas áreas hasta convertirlas en los halos luminosos que se han detectado en las imágenes.
Las partes de la roca que más sufrieron la acción del agua y otros fluidos, todas ellas alrededor de grandes fracturas, resultaron ser más resistentes a la erosión del viento y, con el paso del tiempo, han quedado expuestas como un indicador luminoso del pasado hidrológico de Marte. «En la Tierra, el blanqueamiento de rocas alrededor de una fractura es una indicación clara de interacciones químicas entre los fluidos que circulan por la fractura y la roca huésped», señalan Okubo y su equipo en su informe, que publica hoy la revista Science.
Los estudios realizados hasta ahora indican que, entre los fluidos que actuaron sobre estas rocas, es muy probable que se encontrara el agua. Sin embargo, los científicos señalan que una futura misión con un robot explorador podría confirmar la hipótesis. El Candor Chasma se suma así a la larga lista de regiones marcianas que pudieron albergar agua líquida y, quizás, alguna forma de vida en el pasado. Este cañón forma parte del llamado valle Marineris, una enorme falla situada en el ecuador del planeta, que alcanza profundidades casi siete veces mayores que la del Gran Cañón de Estados Unidos. De hecho, es el accidente geográfico más profundo del que se tiene noticia en cualquier planeta.
Hasta ahora, diversas misiones e investigaciones habían probado que la superficie de Marte fue un lugar húmedo, cálido y susceptible de albergar vida en el pasado. El planeta rojo tenía un ciclo hidrológico completo muy similar al nuestro, con lluvias, lagos y ríos, e incluso se han encontrado restos de riachuelos de hace tan sólo una década. Sin embargo, se había prestado poca atención a las corrientes de agua subterráneas que se deslizaban entre capas de roca, por lo que el nuevo estudio pretende abrir un nuevo camino en este sentido.
Un geólogo mecánico
El robot explorador 'Opportunity', que lleva tres años en Marte y fue el primero en demostrar que este planeta fue habitable en el pasado, se encuentra en la actualidad recorriendo una zona rodeada de muros rocosos muy parecidos a los del valle Marineris. De hecho, los científicos creen que este geólogo mecánico podría buscar rastros de agua corriente como los que se presentan hoy en 'Science'.
En las imágenes que ha tomado la 'Mars Reconnaissance Orbiter' del cráter Victoria, donde está el 'Opportunity', se aprecian también depósitos de rocas a capas claras y oscuras que, al igual que los de Candor Chasma, parecen haber sido modelados por corrientes de agua y otros fluidos. Si así fuera, el robot de la NASA podría aportar datos de primera mano y aún más precisos sobre esta clase de estructuras, que fueron detectadas por primera vez por las sondas 'Viking' y 'Mariner 9' en los años 70, cuando la exploración de Marte daba sus primeros pasos.
