El censo de los cómics de la escudería Marvel está llena de héroes atormentados, gente superdotada con dolores íntimos clavados en el espinazo. Ya se sabe: el Capitán América, Spiderman, los Cuatro Fantásticos y un puñado de héroes/víctimas del destino más.
Menos conocido en España es el Jinete Fantasma, un personaje creado al princio de los años 70 por Roy Thomas, Gary Friedrich y Mike Ploog. Su sino: haber vendido su alma al diablo (que, en realidad, le estafó, como cabe esperar de un ser maligno como Dios manda).
Desde entonces, el pobre Jinete padece una desdichada inmortalidad en el pellejo de un motorista acróbata. El diablo no le somete a más martirio que la soledad pero le tiene marcado con una frase: «Cuando te necesite, te utilizaré». Y así, hasta que lo requiere, acosado por un puñado de diablos menores y levantiscos.
La historia cultivó en los años 70 a un adolescente llamado Nicolas Cage, que, como el ángel caído, esperó y esperó hasta que pudo interpretar al Jinete Fantasma en una película: Ghost rider (estreno hoy). Y para no olvidar su empeño, se tatuó el nombre del cómic en su piel.
«Bueno, no creo que volviese a tatuarme el nombre de un personaje nunca más. Quizá el de una persona, pero el de un personaje...», comenta el propio Cage, que se involucró en la producción de Ghost Rider.
«El Jinete es complicado, filosófico, positivo y negativo. Vive en una pesadilla pero quiere ser bueno. Es completamente fauustiano», explica Cage. Y no le falta razón. El reto, por tanto, podía consistir en no sepultar a un personaje tan rico como ése bajo la fanfarria de fuegos artificiales, efectos especiales y harleys quemadas que pueblan el cómic.
«No», protesta Cage. «Nuestro único reto era contar nuestra historia y hacerlo con honestidad. ... Sé que el público de los cómics suele ser muy crítico con las adaptaciones cinematográficas. Pero eso no me importa. Que los fans debatan y reaccionen como quieran».
«Mi personaje me lo plantee con dos propósitos», continúa Cage. «Hacer algo que asustara y que hiciera reír. Y también me propuse tener el aspecto de un superhéroe, ser atlético y musculoso».
Así se lo ha consentido el director de Ghost rider, Mark Steven Johnson, escogido por el propio Cage para conducir el proyecto. ¿Lo que aportó? «Los efectos especiales. Quise que hiciésemos algo diferente», explica el también autor de Elektra. «Además, quise añadir un toque de humor y de ternura que se mezclara con lo que hay de monstruoso en la historia».
Johnson también logró que Peter Fonda aceptara el papel de diablo («No podía faltar en una película de harleys») y a la exuberante Eva Mendes. Es decir: una latina metida en un personaje que, como la propia Mendes decía, «era rubia y tenía ojos azules en el cómic».