STEAUA 0
SEVILLA 2
Cernea
Stancu
Goian
Ghionea
Marin
Petre
Bostina
Radoi
Nicolita
Therearu
Badea
Cambios: Paraschiv por Ovidiu (min. 57)
Cristocea por Badea (min. 61)
Croituru por Stancu (min. 81) s.c.
Palop
Hinkel
Aitor Ocio
Escudé
Puerta
Poulsen
Maresca
Alves
Adriano
Alfaro
Kerzhakov
Cambios: David por Adriano (min. 30)
Kanouté por Alfaro (min. 68)
Chevantón por Kerzhakov (min. 76)
Arbitro: Florien Meyer
Tarjetas amarillas: Ghionea, Marin, Therearu; Puerta, Aitor Ocio.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 0-1: Poulsen (min. 38). 0-2: Kanouté (min. 75)
ESTADIO. LLENO.
BUCAREST.- Al Sevilla le hacía falta una victoria así, desahogada, contundente e inapelable. Le hacía falta una prueba de poder tras un inicio de año desastroso, que había levantado dudas sobre sus elevadas candidaturas y precipitado fechas de caducidad a un proyecto, a un fútbol, que enamoró a media Europa. Precisamente en su retorno al continente, en el comienzo de las rondas sin perdón de la UEFA, el campeón recuperó sus mejores sensaciones. No fue, ni mucho menos, su partido más brillante. Pero lo gobernó con la innegociable autoridad que tanto se le echaba de menos. Ahora sí, el Sevilla amenaza con volver.
Al Sevilla se le notó la jerarquía en la salida y en el árbitro. Obligado por su condición de campeón, el grupo de Juande Ramos trató de marcar el terreno con un inicio espumoso. Alfaro desaprovechó un tiro franco al primer minuto y Kerzhakov completó mal una eléctrica internada de Adriano poco después. La aparición del brasileño en el equipo de Juande fue una de las sorpresas de la noche porque Adriano era uno de los futbolistas a los que le faltaba el resuello. El chico, sin embargo, revolucionó su motor de inmediato, y a la media hora se rompió tras una simple carrera. No hubo acelerón ni golpe de por medio. No hacían falta.
El Steaua existía. Enaltecido por su animosa afición, el equipo rumano se echó al monte. Pero lo que no estropearon sus delanteros lo zanjó el árbitro. El alemán Florian Meyer se ganó unos amigos en Sevilla sancionando un fuera de juego a Thereau cuando se quedaba solo ante Palop y, sobre todo, anulando un gol a Petre por falta sobre Escudé. Ambas pudieron ser decisiones acertadas, pero desde controvertidas. En pleno infiernillo del Ghencea, al señor colegiado hubo que reconocerle su valentía y su diplomacia: sabía quién era el campeón.
Y de lo que pudo ser... Pues llegó el primer tanto del Sevilla, gracias a otra jugada que encendió a los rumanos. Cernea se pasó de frenada y el árbitro le pito unas manos fuera del área. Sobre la línea, Alves decidió emular a su compatriota Ronaldinho en su grandioso tiro al Werder Bremen, pero le salió un ripio. Flojo y raso, sin embargo, el balón quedó a los pies de Poulsen, futbolista que ha hecho de la colocación un arte. El danés empaló a la redes. Este hombre sabe estar en todas partes.
Destacó la seriedad de Hinkel. Jugando en su sitio natural, el lateral alemán completó su partido más interesante desde que llegó. Menor novedad representó la aportación de Kerzhakov, al que parece sentarle de perlas la titularidad. El ruso completó su gran trabajo con la sentencia del choque y, seguramente, de la eliminatoria: amagó en el área y sufrió un penalti de su marcador. Kanouté lanzó el pase a octavos.
Resultados 1/16 (ida). Sp. Braga, 1; Parma, 0. Lens, 3; Panathinaikos, 1. Z. Waregem, 1; Newcastle, 3.