La Comisión Nacional de la Energía (CNE) concedió ayer a la constructora más derechos de los previstos inicialmente, que incluyen la posibilidad de votar en las juntas de accionistas de Iberdrola propuestas tan importantes como las ampliaciones de capital. Esta capacidad permitirá a Pérez pronunciarse en breve, como primer accionista de Iberdrola, sobre la fusión con Scottish Power, aunque el ex presidente del Real Madrid ya ha adelantado que la apoya. Además, podrá participar con plenos derechos en la elección de los consejeros independientes de Iberdrola, un poder nada desdeñable.

Sin embargo, ACS no tendrá todo el poder que hubiera deseado en la eléctrica. El organismo regulador anuló la posibilidad de que la constructora pueda entrar en el futuro en el consejo de la empresa vasca -ACS no lo ha pedido formalmente-, y limitó al 3% sus derechos políticos en «los asuntos que afecten a la estrategia competitiva de la empresa en el sector español de la electricidad», según indica la resolución de la CNE. «Sólo podrá ejercerlos respecto al ámbito de materias que guardan relación con la protección normal de los accionistas minoritarios para la defensa de sus intereses como inversores de la sociedad», añade el documento.

En particular, limita expresamente los derechos de ACS en votaciones sobre presupuestos, «definición de la estrategia», «inversiones y desinversiones asociadas al cumplimiento de un objetivo recogido en el plan estratégico», «nombramiento de altos directivos» o «estructura societaria y organizativa a nivel directivo», incluidos sus sueldos, entre otros puntos.

La constructora subió ayer en Bolsa un 1% tras trascender la resolución de la CNE. Ésta fue respaldada por ocho vocales, incluida la presidenta de la CNE, Maite Costa, y los cuatro nombrados a propuesta del PP. Sólo uno de los cuatro elegidos por el PSOE, Luis Albentosa, votó en contra. Éste defendió las alegaciones presentadas por Iberdrola, que pretendía que los derechos conferidos a ACS fueran más limitados aún, en defensa de la libre competencia.

La posición del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán ha levantado expectación en el mercado, puesto que, hasta ahora, se suponía que su relación con Pérez era excelente. Ambas partes negaron ayer que el pulso mantenido por ambos en la CNE suponga, al menos de momento, un deterioro en la alianza existente entre Galán y Pérez.

La dirección de Iberdrola calificó ayer de «salomónica» la decisión de la CNE y aseguraba ayer que la resolución de la CNE no supondrá ningún problema para el inminente matrimonio con la sociedad británica, bendecido ya por Bruselas. El presidente de ACS siempre ha mostrado su apoyo explícito a la operación impulsada por Galán, a pesar de que su gran meta es fusionar los activos de Iberdrola y Unión Fenosa. Por esta razón entró en el capital del grupo vasco.

Fuentes de ACS consultadas por este diario resumieron así la resolución de la CNE: «Hemos conseguido aquello a lo que teníamos derecho como legítimos accionistas y los usaremos por el bien de Iberdrola. Seguiremos apoyando a su presidente», aseguran. Pero no llegaron a mencionar la posibilidad de delegar votos en el presidente de Iberdrola.

Tampoco la eléctrica con sede en Bilbao da por zanjado el asunto. El equipo de Galán explotará al máximo las ambigüedades de la resolución de ayer. Por ejemplo, Iberdrola podría calificar en las juntas de «puntos estratégicos», algunos que ACS esperaba que fueran «ordinarios» y, por tanto, con voto pleno.

La CNE justificaba ayer informalmente los derechos de ACS por la fuerte inversión acometida para adquirir el 12,3% de Iberdrola (más de 3.000 millones de euros). Hay que puntualizar, no obstante, que todos los accionistas de Iberdrola tienen limitados al 10% -vía estatutos- sus derechos de voto, con independencia de la participación que ostenten.

Lo sorprendente de la resolución es que se salta todos los precedentes existentes en el sector energético. Nadie hasta el momento había tenido tanto poder de influencia en dos rivales directos.

Hay dos precedentes, según Iberdrola, que no se han tenido en cuenta. No hace ni dos años que la CNE obligó al BBVA a elegir entre Repsol YPF o Iberdrola, y eso que la petrolera y la eléctrica apenas rivalizaban en el mercado energético español. Casi al mismo tiempo, La Caixa hubo de hacer lo propio, al figurar como accionista de Gas Natural y Endesa, a pesar de que la presencia de la eléctrica en el negocio gasista era poco más que testimonial. Aunque hay una diferencia a favor de ACS, y es que en los casos anteriores, había presencia en ambos consejos de administración o interés formal en conseguirlo.

Tanto el Gobierno como el Partido Popular vieron ayer con buenos ojos la decisión de la CNE. En el PP no consideran que se haya desvirtuado el Real Decreto Ley impulsado por Rodrigo Rato en 2000 sobre que un mismo accionista no podía tener más de un 3% de derechos políticos en un competidor, si ya controlaba otro.

Recuerdan que esa misma legislación permitía excepciones y el derecho de la CNE a establecerlas, aunque siempre sin permitir compatibilizar la presencia en dos consejos de administración de grupos competidores.