DANI CORDERO
BARCELONA.-
El cava empezó a librarse del boicot a productos catalanes en la última campaña navideña. Pero en los dos años anteriores, fue un auténtico quebradero de cabeza para el sector. El histórico productor Codorníu comunicó ayer que obtuvo por primera vez pérdidas en su cuenta de resultados en el ejercicio 2005-2006 (que concluyó en junio del año pasado). Perdió 905.000 euros y aunque la reestructuración interna que está llevando a cabo también contribuyó al resultado negativo, la caída de la facturación fue un elemento importante en los números rojos.
El grupo facturó 201 millones de euros, un 3,3% menos a causa de la caída de la venta de botellas. Si bien en el mercado extranjero también se facturó menos, fue en el mercado nacional, que representa dos terceras partes del total, donde la caída registrada fue mayor. Pese a los resultados, el director general de Codorníu, Xavier Pagès, aseguró ayer que «teniendo en cuenta las circunstancias, los resultados son bastantes positivos».
Pese a sus consecuencias, la palabra boicot no entra en el argot de los directivos del grupo, que eluden pronunciarla. y para este año prevén olvidarla. Las previsiones de facturación para el presente ejercicio se sitúan en los 218 millones de euros, lo que equivaldría a crecer un 9% y volver a los beneficios. En este último caso, estarán disparados, porque la venta de su sede barcelonesa a una cadena hotelera les reportará 32 millones de euros.
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