RAFAEL J. ALVAREZ
MADRID.-
Se sabe que la mayoría de ese 35% de chavales de 13 y 14 años que Sanidad dice que se emborracha al menos una vez al mes tiene padres. Lo que no se sabe es si la cogorza adolescente se pasa en secreto o es noticia conocida en casa. «¿Cuánto bebe tu hijo?», piden permiso para preguntar los farmacéuticos de Alicante cuando un padre o una madre entra a comprar una caja de aspirinas. Quieren saber cuánto se sabe de la pareja botella/hijo para «fomentar la comunicación familiar como herramienta para prevenir un problema con el alcohol».
La idea es del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante (Cofa), una campaña que «implique a los padres en un plan para detectar si sus hijos consumen alcohol».
Un adulto entra en una de las 750 farmacias de Alicante y se topa con un cartel que le cuenta que a partir de los 13 años «algunos menores» empiezan a beber y le recomienda que hable con su hijo. El farmacéutico pregunta al adulto si tiene hijos adolescentes y, si éste responde que sí, la campaña entra en calor.
El padre o la madre recibe un folleto informativo, una explicación del profesional de la bata blanca y un cuestionario a responder voluntariamente. «¿Crees que los padres saben el alcohol que consumen sus hijos? ¿Crees que pueden influir en el consumo de sus hijos? ¿Crees que los chicos necesitan más información sobre los daños que les causa el alcohol? ¿Crees que los padres deberían ser formados para detectar un posible alcoholismo en sus hijos?»...
«Un lugar estratégico»
La segunda parte del cuestionario es para los elegidos del alcohol, los padres que saben de las tragaderas vomitivas de sus críos. «¿Cuánto bebe tu hijo? ¿Cuántas veces se ha emborrachado? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Qué hiciste al detectar la primera borrachera?». Al final se pregunta a los padres qué nivel de preocupación tienen y si estarían dispuestos a asistir a una charla sobre el asunto.
Cuando en junio el Cofa termine la campaña hará estadística para ver si sube o baja ese actual 20% de padres que admite que sus hijos beben.
«La farmacia es una pieza clave para detectar consumos problemáticos de drogas por tres razones: los farmacéuticos somos profesionales sanitarios que promovemos hábitos de vida saludable, las farmacias son lugares estratégicos para transmitir salud pública y a veces las únicas estructuras sanitarias frecuentadas por los usuarios de drogas, y entre paciente y farmacéutico suele establecerse complicidad», defiende Jaime Carbonell, presidente de los boticarios de Alicante.
A finales de enero, el Cofa le contó la iniciativa al Ministerio, que la recibió con tan buena cara que prometió apoyar una presentación pública en Madrid, probablemente para comienzos de marzo. La intención de los alicantinos es que Sanidad apoye la campaña para extenderla por toda España, algo que, en principio, parece viable por las conversaciones que ambas partes se están cruzando.
El martes, la propia ministra de Sanidad dijo que a ella le llega todos los días la «preocupación» de los médicos y los padres ante las cifras de consumo adolescente, números para seguir redactando su ley antialcohol en menores.
|