El Ayuntamiento de Madrid aprobó ayer en la Junta de Gobierno la rehabilitación de la manzana de Canalejas. El Plan Especial tiene previsto rehabilitar seis inmuebles protegidos cercanos a la plaza. Cinco de ellos se sitúan entre los números 6 y 14 de la calle de Alcalá y el sexto en la misma rotonda, en el número 1.
El objetivo del plan, tal y como afirmó el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, es «revitalizar el centro mediante su desterciarización». Pretende devolver a la zona su uso e imagen originales. Por esto, una de las principales características es que los edificios pasarán a ser de carácter residencial y comercial, excepto el de Alcalá, 14, que será íntegramente un hotel. Además, desaparecerá el centro comercial que hay instalado en el subsuelo de la plaza.
El antiguo edificio de Banesto se convertirá en un hotel de «gran categoría». Éste es el destino que se le ha preparado al inmueble sito en el número 14 de la calle de Alcalá. Su estructura triangular haciendo esquina entre Alcalá y Sevilla, su reloj en la torre y su placa de Banco Español de Crédito lo hacen más reconocible.
Esta construcción lleva más de un siglo viendo cómo cambia el aspecto de las calles y demás edificios mientras ella sigue intacta. Y lo seguirá estando, sólo que los contables y los directivos bancarios dejarán paso a los recepcionistas y a los encargados de las maletas.
Ninguna de las seis fachadas sufrirá cambio alguno. La transformación será únicamente en el interior, donde el estilo de oficina que ha reinado en los edificios durante tantos años dejará paso a locales comerciales y viviendas. Las tiendas se ubicarán en el sótano, la planta baja y la primera. Los pisos superiores serán domicilios, así como los inferiores al sótano se convertirán en aparcamientos.
Los seis edificios, que en su día acogieron las antiguas sedes del Banco Español de Crédito y del Banco Central Hispano y que actualmente son propiedad del grupo R&A Palace Gestión, S.L., suman más de 51.000 metros cuadrados.
El proyecto arquitectónico se le ha encargado a Rafael de la Hoz. Será el encargado de mantener los criterios marcados por el Ayuntamiento; es decir, «mejorar el paisaje urbano, potenciar Madrid como destino turístico y proteger el patrimonio histórico». El deseo de Ruiz-Gallardón es «romper la tendencia de meter oficinas y sacar a los vecinos». Cree que con la restauración de la manzana, que comenzará en la próxima legislatura, se recuperará el «esplendor» del centro, ya que el plan está «marcado por el respeto de los elementos protegidos». Así, además de restaurar «cuidadosamente» las fachadas, las cubiertas deberán despejarse de instalaciones y elementos añadidos.
Todas las modificaciones con respecto a los proyectos originales serán clasificadas a través de reestructuraciones puntuales para crear nuevos núcleos de comunicación, y mediante la apertura de nuevos patios o recuperación de accesos originales perdidos.
Con respecto a los aparcamientos, las entradas al subterráneo de Sevilla estarán «totalmente remodeladas» e incluso se eliminará, si es posible, la que hace esquina entre las calles de Alcalá y Sevilla.
Para esto, se partirá desde un estudio de tráfico del conjunto, que tendrá en cuenta cómo quedará la zona centro de Madrid cuando finalicen las obras de la Puerta del Sol y se ensanchen notablemente las aceras de la calle de Alcalá en el tramo más cercano a la plaza.
Una de las principales actuaciones del proyecto que señaló el alcalde fue limpiar las cubiertas de los edificios afectados de la maquinaria e instalaciones que han ido acumulando a lo largo de los años. Ruiz-Gallardón calificó éste como uno de los puntos más «significativos para mejorar el paisaje urbano y el aspecto general de los edificios» porque «han adulterado el perfil superior de la manzana».