Siguiendo la tónica de los últimos meses, el comportamiento del mercado alemán fue decisivo a la hora de realizar el balance general. Las matriculaciones alemanas, que suponen casi una quinta parte del total en Europa, sufrieron la resaca de los meses de noviembre y diciembre con una abultada caída del 10%.

La razón es que tanto empresas como particulares adelantaron sus compras previstas antes de la entrada en vigor de la nueva tasa a los bienes de consumo el pasado 1 de enero. BMW y Volkswagen fueron las marcas más perjudicadas por este bajón, mientras que Mercedes-Benz y Audi consigueron superarlo.

La pérdida de fuelle en Alemania no acaba de tapar el buen comportamiento del mercado francés, uno de los principales destinos de la producción de vehículos españoles. Las ventas de automóviles en el país vecino crecieron un 1,8%, si bien sus dos principales pilares, los grupos PSA y Renault, continuaron perdiendo ventas y cuota de mercado. En el caso de PSA, propietario de las marcas Peugeot y Citroën, el descenso fue de apenas un 0,4% mientras que en el de la marca del rombo la evolución fue bastante más negativa, con una caída del 7,8% o cerca de 8.000 unidades menos matriculadas.

En cualquier caso, si hay un grupo aparentemente inmune a cualquier avatar del mercado, ése es Toyota, que incrementó un 20% sus ventas, con avances similares en el negocio de gama alta y en el de vehículos más comunes. Para los fabricantes estadounidenses instalados en Europa, el comienzo del año fue también prometedor. General Motors fue el grupo que más creció gracias al buen comportamiento de Opel, cada vez más apuntalado por la marca Chevrolet. Ford por su parte tuvo su mejor noticia en el buen comportamiento de su filial Volvo, que compensó los retrocesos de otras marcas del grupo.