Antes la apartaron del servicio y luego la degradaron. Michelle Manhart ya no volverá a desempeñar el cargo de sargento de la Fuerza Aérea del Ejército estadounidense en la base militar de Lackland, en Texas. ¿Su culpa? Haber posado desnuda para la edición de febrero de la revista Playboy.
«Estoy decepcionada por nuestro sistema. De verdad se han pasado con respecto a mi situación», se desahoga la ex militar, de 30 años y enrolada en la Fuerza Aérea estadounidense desde 1994.
Casada, con dos hijos y una misión en Kuwait en su currículum, Manhart fue apartada del servicio activo a mediados de enero, después de que sus fotos aparecieran en la edición estadounidense de Playboy.
En las primeras imágenes publicadas por la revista fundada por Hugh Hefner, Michelle posa con el uniforme puesto, su placa de identificación y portando armas bajo el título Tough love (amor duro). Sin embargo, conforme se avanza en la lectura deshojando las páginas del número de febrero de la famosa publicación, la ropa poco a poco desaparece dejando a la mujer en cueros.
«Este comportamiento no cumple con los estrictos valores de conducta que nuestros soldados deben cumplir», declaró tras el escándalo Oscar Balladares, portavoz de la base de Lackland. Pero Manhart no se mostró arrepentida. «No hay nada malo en lo que hice. Precisamente por eso no dije nada a mis superiores», aseguró a Associated Press la ex militar, quien confesó a Playboy que se sentía como alguien que estaba luchando para defender nada menos que sus derechos.
Sin embargo, sus mandos militares no compartían la misma opinión, tanto que, tras apartarla del servicio, llevaron a cabo una investigación cuyas pesquisas acabaron en una condena para la sargento, que fue degradada al rango de soldado. Un cargo que ya ocupaba antes, cuando empezó como reservista en la Guardia Nacional del estado de Iowa. La decisión del Ejército causó la renuncia de Manhart, que presentó su dimisión a sus superiores.
Balladares confirmó que la soldado fue suspendida del servicio activo, pero negó que los mandos militares de Lackland la licenciaran. La medida adoptada sólo suponía su regreso entre los reservistas de la Guardia Nacional. «No depende de nosotros, no es nuestra jurisdicción», afirmó el portavoz de la base militar para negar toda responsabilidad en la renuncia de Manhart.
De todas formas, la ex sargento ya parece tener otros proyectos en su cabeza. «Mi familia se quedará aquí, pero yo sí que tengo planes para el futuro», asegura Michelle vislumbrando una posible carrera en el mundo del espectáculo o de las pasarelas.
«Los Angeles o Nueva York, no me importa dónde... Hasta que mi vida siga en movimiento, seré feliz», añade la nueva conejita de Playboy: «Espero que esto funcione para mí y mi familia».