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| El mentiroso siempre es pródigo en juramentos (Corneille) |
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| LA TRONERA |
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| Firme propósito |
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ANTONIO GALA
El comportamiento y la actitud del penúltimo Gobierno de España produce vergüenza ajena. En general, desde luego; pero sobre todo en lo que se refiere a EEUU. Tanto por su solidaridad con la fe (creer sin pruebas) en armas de destrucción masiva iraquíes (ya se habló aquí de las actitudes de Aznar y de Rajoy) como por la falta de aclaración sobre los viajes de la CIA secuestrando acusados sin causa expresa, en vuelos militares o civiles. Y, más que nada, por esos subrepticios viajes de la policía a Guantánamo para interrogar, al parecer, a presos marroquíes. Los mutis por el foro de Aznar sólo en este caso, los silencios de Acebes, las respuestas de Rajoy («Que los ministros de Interior y de Exteriores de ahora lo expliquen, porque yo no sé nada de eso») y otras mentiras, son no incalificables, muy al contrario, sino vomitivos. No se puede hacer una política peor. Ni deberá nunca volver a hacerse.
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