Maragall, que explicó las líneas estratégicas de su departamento para los próximos años, anunció que la Generalitat invertirá 215 millones de euros hasta 2010 para formar a los profesores y conseguir que éstos puedan dar clases en inglés.

El objetivo de la Conselleria es lograr que los alumnos acaben los estudios dominando tres idiomas: español, catalán y una tercera lengua, que por lo general será el inglés.

No obstante, el conseller insistió en que el catalán será la lengua vehicular de la enseñanza para tratar de zanjar la polémica suscitada en los últimos días a raíz de la aceptación por su parte de la tercera hora semanal de castellano en Primaria que implantó un decreto estatal.

La portavoz de ERC, Marina Llansana, aprovechó su intervención de ayer en la comparecencia para pedir a Maragall que defienda «sin temor» la lengua catalana, ya que, según los cálculos de la diputada republicana, entre el 30% y el 40% de las clases de secundaria se imparten en español.

El conseller reconoció que se ha producido una «relajación» que se ha «ido instalando» en el bachillerato de tal manera que no se ha cumplido con la obligación de que el catalán fuese la lengua vehicular en esta etapa escolar.

Sin embargo, Maragall aseguró que de ahora en adelante «las cosas se harán mejor», ya que el decreto que prepara su departamento reconoce por primera vez en una norma de estas características que la herramienta del sistema educativo es la inmersión lingüística.

«La inmersión lingüística será un método pedagógico de aplicación general de nuevo definida y aplicada, allí donde es necesaria, con precisión y cuidado, con respeto a todo el mundo, pero con absoluto rigor y profesionalidad», indicó el conseller.

Y añadió que «será necesario volver a implantar lo que se había abandonado o degradado gravemente. Habrá que extender el método pedagógico de inmersión a muchas zonas nuevas, comarcas y villas de todos los territorios de Cataluña donde antes quizá no se creía que hiciera falta y ahora sí será necesario».

Además, el conseller avanzó que su departamento favorecerá «proyectos educativos territoriales y de centro». También se mostró partidario de «implantar la cultura de la evaluación» para lograr un «mejor conocimiento de su funcionamiento y de sus resultados».

La estrategia de Educació se completa con el desarrollo de la autonomía de los centros, la búsqueda del equilibrio territorial, el reconocimiento social de la función docente del profesorado y la potenciación de la participación de las familias en la vida escolar.

Maragall se mostró convencido de que el Parlament podrá regular todas estas cuestiones sin problemas ni conflictos con el Estado: «El nuevo Estatut permite desde el punto de vista de la educación todas las ambiciones y con su despliegue Cataluña podrá tener todo lo que necesita en esta materia», afirmó.

El conseller realizó esta argumentación para tranquilizar a la opinión pública después de que esta misma semana el Govern haya acordado interponer un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional contra el decreto de enseñanzas mínimas del Ministerio antes citado al considerar que esta norma invade las competencias que el nuevo Estatut otorga a la Generalitat.

Por último, Maragall prometió a la diputada del PP Carina Mejías que el Govern garantizará que la inmensa mayoría de los alumnos puedan escoger centro escolar, a pesar de la modificación del decreto de admisión que ha eliminado criterios de preferencia como el de ser familia numerosa.