CARLOS ALVARO ROLDAN. Corresponsal
BERLIN.-
Un documental, Invisibles, hecho con cinco cortometrajes y cinco maneras de hacer cine muy diferentes. Y todo, con un objetivo común: dar a conocer los conflictos olvidados que no aparecen en los periódicos. «Las imágenes no salvan vidas, pero el silencio mata», resumía certeramente Aitor Zabalgogeazkoa, director de Médicos Sin Fronteras en España, promotor de la idea.
Javier Bardem metido a productor, y los directores Wim Wenders, Fernando López de Aranoa, Isabel Coixet y Javier Corcuera presentaron ayer en la Berlinale el proyecto, con la única ausencia de Mariano Barroso. Invisibles no intenta salvar vidas ni cambiar el mundo, admitía ayer Bardem, «sino que se vea. Ahora la película tiene que hablar por sí misma». Como explicó Zabalgogeazkoa, «hay cinco conflictos, pero podían haber sido 50».
«Tengo el corazón español y me llamo Wim Wenders», sorprendió el director alemán en la lengua de Cervantes, para continuar luego en inglés. El realizador, que entregó el jueves su contribución en el último minuto, viajó a la República Democrática del Congo para denunciar en Crímenes invisibles la violación sistemática de mujeres y niñas. «Iba a viajar a Africa un tiempo; entonces llegó la llamada de Javier, y pensé: es el destino», aseguró ayer el realizador que, como confesaba Bardem, ha dado «alas internacionales» al proyecto.
|