Sábado, 17 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6271.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera (Horacio)
Haz Click Aquí
 DEPORTES
Liverpool habla español
XABI ALONSO, REINA Y ARTETA SE CITAN EN UN 'PUB' DE LIVERPOOL Y HABLAN DE FUTBOL, DE LA CIUDAD Y DEL CRUCE DE LOS 'REDS' CON EL BARCELONA DEL MIÉRCOLES «NOS HEMOS ACOSTUMBRADO A NO HACER ENTREVISTAS NI FIRMAR AUTOGRAFOS», EXPLICAN
EDUARDO J. CASTELAO. Enviado especial

LIVERPOOL.- En Seel Street, El Alma de Cuba era hasta hace poco una iglesia, St. Peters, abandonada tras dos siglos de actividad, mudada ahora en uno de los mejores restaurantes de Liverpool. Fresco, oscuro, lleno de velas, la vista tarda unos minutos en adaptarse a uno de los emblemas de la nueva ciudad, remozada, más viva y moderna, capital europea de la cultura en 2008. Hacia las seis, una hora más tarde de la cita, postergada mediante SMS, aparece Mikel Arteta. Deja el coche en el aparcamiento, como Xabi Alonso, ambos más cautelosos que Reina, cuyo Porsche Cayenne ocupa ahora la entrada al local.

Publicidad
El cortejo, por exigencias fotográficas, traslada la reunión al Revolution, otro local vanguardista del centro, apenas separado por una pequeña plaza. «Bueno, cuando quieras te doy la revancha al tenis», saluda Arteta a Reina, amigos desde su etapa en La Masía. «Me tocó la carita, sí, pero bueno... Tiempo tendremos», resuelve, sonriente, el portero del Liverpool (Madrid, 1982). «Es un bestia», aclara el futbolista del Everton, «saca como un animal, la mete en la línea o la manda a la tercera pista». Hablan ahora en español, pero los saludos han sido en inglés, igual que los mensajes al móvil que se envían.

Normalmente, dicen, quedan para jugar al tenis con la excusa de verse. Pese a vivir en una ciudad de apenas medio millón de habitantes, casi no coinciden. Muchos viajes, partidos, concentraciones... «Por eso quedamos y nos jugamos una cena, o simplemente nos jugamos quién paga la pista», cuentan. Esas cenas tienen, cómo no, sus sitios de referencia. Un mexicano -Barbacue-, un italiano -Picolino- o uno de los sitios de moda -Est, Est, Est- acogen con normalidad a las estrellas. La gente los mira, murmura, pero nadie se acerca en las dos horas que dura una cena. Al final, con la cuenta, la camarera pide un autógrafo para su hija, y Arteta lo firma con naturalidad. Reina es el que más tira de El Corte Inglés, servidor oficial de comida española. Él prefiere comer en casa cuando puede, mucho mejor, y de paso aprovecha para ver fútbol a través de los canales digitales, algo imprescindible en los salones de todo futbolista español aquí.

Los tres -Reina, Xabi Alonso y Arteta- cumplen como pueden con todos los compromisos que estos días tienen con la prensa española. Regresa la Liga de Campeones y se enfrentan los dos últimos vencedores. «El problema es que ya no estamos acostumbrados a dar entrevistas y firmar autógrafos», dice Xabi (San Sebastián, 1981). Están más cómodos hablando sobre su vida en Liverpool, las virtudes del fútbol inglés, su tranquilidad, la ausencia de periodistas, el respeto escrupuloso de sus fans... Pero llega el Barça, y la primera advertencia llega desde el espectador privilegiado: «Al Barcelona le conviene marcar primero, porque si no Benítez los tiene muy bien organizados. No recuerdo un partido en el que le hayan remontado», cuenta Arteta (San Sebastián, 1982), antes de ver cómo el sábado el Newcastle terminaba ganando 2-1 después de que Bellamy adelantara a los reds.

Sin embargo, a Xabi y a Reina les preocupan más Eto'o y Messi. «Para ellos son una referencia fundamental, y habrá que esperar a ver si están o no. Hombre, si no están, mejor ¿no?», pregunta Reina, muy pendiente estos días también de su mujer, que dentro de un mes le hará padre primerizo. La niña se llamará Grecia y vendrá para llenar un poco las horas muertas en la enorme casa de Woolton, muy cerca del aeropuerto, alejado del centro de la ciudad. Xabi y Arteta, donostiarras, mezclados en carreras paralelas desde el Antiguoko, donde empezaron, han preferido vivir Liverpool desde su génesis. Ambos ocupan un apartamento en la zona de Albert Dock, los antiguos muelles remozados y convertidos en la zona más chic de la ciudad, repleta de restaurantes, pubs y bares ultramodernos. Encima, las viviendas con alquileres superiores a los 3.000 euros, lujos de muchos metros cuadrados con vistas al estuario del Mersey. Xabi vive con su novia, Nagore, y Mikel con la suya, Lorena, aunque ésta viaja más, y para recordarla se ha tatuado una L en el dedo corazón de la mano derecha. «No me gustan los tatuajes, pero me gustó la idea de algo discreto. Hablé con Capucho y nos hicimos uno cada uno», se justifica, hablando de su etapa en Glasgow, una ciudad aún menos vistosa que Liverpool, aunque a la cuna de The Beatles Xabi Alonso le ha encontrado «el puntillo», sin entrar en comparaciones, obvio, pues con San Sebastián suelen perder las rivales.

El fútbol vuelve a aparecer en la conversación. «Para nosotros Xabi es fundamental», anuncia Reina, «porque aparte de ser muy bueno con el balón, en el pase largo, en el corto, en el disparo... tiene una capacidad de trabajo que nos ayuda mucho en el centro del campo». A su lado, el centrocampista parece ruborizarse, pero sale del paso con una imitación del guardameta y la devolución de los elogios, algo más parco en palabras, eso sí. «Basta ver los números que presenta». Todos hablan de una eliminatoria igualada, en la que los detalles van a decidir quién se mete en cuartos de final. «En estos tiempos las diferencias entre un equipo y otro de este nivel son pequeños detalles. Un Barça que esté haciendo un partido malo igual lo rescata Ronaldinho con una falta, o Messi en cualquier jugada. En ese sentido yo creo que el Barcelona sí tiene jugadores más determinantes que el Liverpool», cuenta Arteta.

Esa sinceridad del jugador del Everton está matizada en los otros dos. Por táctica o por convicción, sin entrar en detalles, otorgan un papel a su rival. «Yo no quiero hablar de favoritos, pero ellos son los actuales campeones y sobre el papel... Claro que nosotros, el año pasado, también éramos favoritos, y vigentes campeones, en la eliminatoria contra el Benfica. Y nos eliminaron», afirma Reina, y asiente Xabi, que busca algo más allá. «Al Barça hay que cerrarle espacios, robar y salir rápido. Dos, tres toques y balón largo para sorprenderles. Yo no he jugado contra este Barcelona porque cuando me fui es cuando ganó su primera Liga. Desde fuera ves cómo disfrutan cuando tienen el balón, y desde dentro, si les sale buen partido, puede ser desesperante». Claro que, puestos a quitar a un jugador del equipo rival, ni Eto'o, ni Ronaldinho ni Messi. Xabi quitaría a Xavi. «Es que es un jugadorazo. Tengo debilidad por él».

Reina mira el reloj constantemente. Es el que más prisa tiene, su mujer le espera en casa para cenar y a él le encanta tirarse en el sofá. Visto desde fuera, es curiosa la relación entre ellos. Xabi y Arteta son de la misma ciudad, nacieron el mismo año, empezaron a jugar juntos, pero la timidez de ambos les hace mantener una relación de menos palabras. Sin embargo, Reina es más abierto, menos reservado, y los años que pasó en La Masía con Arteta los han convertido en buenos amigos. Las dos últimas Nochebuenas las han pasado en casa del portero, disfrazando al padre de Mikel de Papá Noel para dar regalos e iluminar los ojos de los más pequeños.

Volviendo a la eliminatoria contra el Barça, queda claro que los catalanes son favoritos, pero hay dos aspectos que juegan a favor del Liverpool. Uno es Anfield. El otro es Benítez. Habla Xabi Alonso: «Si conseguimos sacar un buen resultado del Camp Nou va a ser un partido muy especial. La gente va a apoyar mucho y eso al jugador le genera una motivación muy especial. Si la eliminatoria aún está abierta en el marcador, tenemos muchas opciones». Cuesta creer en eso cuando en un primer vistazo Anfield aparece como un estadio normal, más bien viejo. Si acaso, la estatua de Bill Shankly a la espalda de The Kop puede decir algo a los mitómanos, pero no es hasta que faltan 10 minutos para empezar un partido cuando Anfield adquiere una dimensión diferente. En el partido contra el Everton, el derbi de Mersey, el ambiente se va calentando poco a poco. Los 3.000 hinchas rivales apenas logran hacerse oír cuando la megafonía escupe los primeros acordes del famoso You'll never walk alone.

De pie, los 45.400 espectadores lanzan sus bufandas al sol, si es que lo hay. Los niños que apenas balbucean unas palabras repiten mecánicamente cada sílaba de la canción popularizada por Gerry & the Pacemakers en los 60, reciclada al mismo tiempo como himno por los hinchas del Kop. Los abuelos también. Las gradas tiemblan. «Y no es sólo eso. Por dentro es un estadio viejo, pero tiene algo. El cartel This is Anfield en las escaleras de acceso al césped impresiona, la verdad, visto antes de un partido», reconoce Reina.

El otro motivo de optimismo en esta ciudad del noroeste de Inglaterra es, dicho queda, Rafa Benítez. El entrenador español del Liverpool es un ídolo. Cualquier taxista, camarero, hincha de los reds al fin y al cabo, habla de él como del mesías. Desde que llegó, y más allá de los juicios estéticos, ha llevado al club a enseñar una Copa de Europa (2005) y la FA Cup -la Copa inglesa- en 2006. Este año, la Liga, el gran anhelo de la afición, está ya demasiado lejos, pero el proyecto es a largo plazo -su contrato le avala hasta 2010-, y tiene el respaldo de toda la masa social.

«Es un apasionado. Es muy metódico, trabajador, está 24 horas pensando en fútbol», opina Pepe Reina, que tiene prisa pero aguanta mientras lo hacen sus compañeros. Xabi Alonso insiste en lo mismo: «Es que vive por y para el fútbol. Le gusta mucho lo que hace y es parte de su éxito». El desembarco en su día del propio Benítez con Xabi Alonso, Luis García -que ahora se recupera de una lesión de rodilla-, Núñez -en el Celta- , Josemi -Villarreal-, prosigue estos días con la incorporación de Arbeloa, procedente del Deportivo, y de Francis Durán, un chico de 18 años al que van a moldear en el gimnasio para que vaya entrando a partir del año que viene. «Aquí no es importante de dónde vengas, sino cómo seas y lo que aportes», concluye el portero, que se cansa: «Bueno, ya está ¿no?», pidiendo volver a su tranquilidad, ésa que sorprende en los detalles. Hege, una chica noruega residente en Liverpool, trabajadora de la oficina de turismo, es hincha de los reds. Tiene a dos de sus ídolos a un metro. Apenas les saluda tímidamente y ni por asomo se le ocurre pedir un autógrafo o una fotografía.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad