Pregunta.- Ya llega lo bueno. Después del partido contra el Betis aparecen en el horizonte el Bayern y el Atlético. La Champions y el clásico.

Respuesta.- Estoy deseando que llegue esa semana. No me asusta porque estoy acostumbrado a la presión. El Boca-River es una lección que sirve de mucho y ya llevo alguno que otro. Y en cuanto a la Liga de Campeones, es evidente que se trata del torneo más importante y con un rival histórico, pero yo ya me hice a la idea hace tiempo de que iban a ser muchas las noches como esa. No me asusta, me motiva. Para estar en el Real Madrid hay que convivir con la presión y Boca es la mejor escuela.

P.- Hace poco tiempo veía a sus compañeros por la televisión como grandes estrellas mediáticas.

R.- Sí, y jugaba con ellos en la play. Ahora son compañeros, sí, y me han recibido con los brazos abiertos. Es un vestuario excelente, aunque por ahí salgan supuestos problemas. Para nada. Y a los nuevos nos ayudan mucho.

P.- Llegó con algo ganado. Conocía a la perfección el juego del Real Madrid.

R.- Es que me gusta mucho ver partidos por televisión. Ya antes de que se confirmara el interés del Madrid veía sus partidos. Me gusta ver todos los que juego yo para detectar errores y corregirlos. Y los de otros equipos también, me considero muy futbolero. Ahora trato de seguir los de Boca si no coinciden con partidos nuestros.

P.- ¿Pensaba hacerse tan pronto con la titularidad?

R.- No me lo planteé, porque esa decisión depende del entrenador. Lo cierto es que esa continuidad me está ayudando a adaptarme al equipo y al fútbol en España con más rapidez. De todas formas, no me considero titular. Decir eso en el Madrid es una osadía y más en mi situación.

P.- El caso es que está jugando sin haber alcanzado ni de lejos todo el potencial que tiene su fútbol.

R.- Sé que no estoy al 100% ni mucho menos. En Boca he jugado mucho mejor, pero tampoco voy a obsesionarme. Quizás me muevo con un poco de ansiedad, pero eso se irá quitando.

P.- ¿Usted se divierte con el fútbol tan plano que practica actualmente su equipo?

R.- Admito que en general no estamos jugando muy bien, pero yo me divierto siempre con un balón, se juegue como se juegue. Tengo mis preferencias, pero claro que me lo paso bien.

P.- Pues su estilo parece que casa más con equipos en los que prima la elaboración y el toque, no el pelotazo.

R.- En el fútbol de ahora hay que hacer de todo. Yo tengo unas características. Me gusta tener el balón, tocar, pedirlo, combinar con los compañeros, pero tengo que progresar en el quite y en otros aspectos propios del fútbol europeo, en que se juega más rápido y a veces con menos elaboración. Todo vale, todo es fútbol y al final, lo que cuenta es la victoria. El juego físico y vertical es habitual no sólo aquí, sino en muchos otros equipos. Lo bueno es saber mezclar. Nosotros vamos terceros pese a las críticas y podemos ganar los dos títulos. Estamos a tiempo.

P.- ¿Usted recuerda algún buen partido del Madrid?

R.- Pues sí. Contra el Zaragoza, cuando ganamos por 1-0, o ante el Betis en la Copa. Empatamos, pero merecimos marcar varios goles. Nos está faltando algo de fortuna ante la puerta contraria. Al Levante debimos meterle tres y al final perdimos. Se exagera cuando se habla del mal fútbol del Madrid.

P.- Pues algo falla cuando la palabra crisis es habitual.

R.- Admito que el Madrid tiene que jugar mejor, pero eso no se consigue tan fácilmente. Quizás nos falta un poco de fútbol, de tener calma con el balón. A veces no controlamos los partidos.

P.- En medio de este fútbol tan físico, usted parece de otro mundo. Cuadra más su gusto por el toque. Usted habría sido más feliz con gente como Zidane.

R.- Me habría encantado jugar con Zidane. Por desgracia se marchó antes de que yo llegara y no podré cumplir ese sueño. Fue uno de los grandes, pero el Madrid es un club en el que pasan los jugadores, pero sigue adelante.

P.- Le gusta el riesgo. Pierde balones, pero vuelve a pedirlos. No está mal en un fútbol tan robotizado y repetitivo.

R.- Siempre he jugado así y no voy a cambiar. En mi debut en La Coruña no tuve suerte y perdí demasiados balones, pero yo no me escondo. Hay que perdirla siempre. Trato de mantener mi personalidad. Sólo así acaban saliendo las cosas bien.

P.- ¿Le sorprenden todos los problemas del vestuario, el apartamiento y posterior vuelta de Beckham, por ejemplo?

R.- Ahí yo no voy a meterme. El entrenador decide y punto. Pero me gusta que haya vuelto Beckham porque me parece un gran futbolista y mejor compañero. Cuantos más seamos, mejor. Beckham nos puede ayudar en estas semanas tan importantes. Y si vuelve Cassano pues mejor también.

P.- ¿Le parece un exceso que le comparen con su ídolo, Fernando Redondo?

R.- Es un orgullo, pero sé que no he llegado ni de lejos a lo que él hizo en el fútbol. Aspiro a tener su estilo, a parecerme, pero sólo tengo 20 años.

P.- Y con ese ejemplo, ¿no se le ha ocurrido pedirle a Capello que cambie un poco sus conceptos?

R.- Eso está fuera de toda discusión. El que manda es Capello y punto. Los jugadores, a jugar; el técnico, a mandar y dirigir. Tengo claras las jerarquías.

P.- Internacional por Argentina y titular en el Madrid. Va lanzado.

R.- Pero no me precipito. Las cosas pueden cambiar y hay que saber asimilarlo. He madurado mucho en los últimos años, me han pasado muchas cosas y todo sirve para crecer.