ANTONIO FÉLIX
SEVILLA.-
Más leña al fuego. El bochornoso comportamiento de los directivos del Betis y del Sevilla durante el último derbi ha comenzado a extenderse a la afición. La fachada del estadio Ruiz de Lopera apareció ayer manchada con pintadas de ultras, en las que preludiaban un feo jaleo en el último de los cuatro choques que medirá a ambos equipos esta temporada, el 28 de febrero, con el pase a las semifinales de la Copa del Rey en juego.
«28-F Holocausto bético», «carnicería de supporters (ultras béticos)» o «Lopera y lacayos moriréis» fueron algunas de las amenazas lanzadas por radicales sevillistas. El Betis presentó la correspondiente denuncia ante la Policía y solicitó a sus aficionados que «sigan manteniendo el comportamiento ejemplar que les caracteriza [...] y respeten en el próximo derbi al rival dando ejemplo».
El Sevilla conoció estos hechos durante el vuelo de vuelta de Budapest, donde el jueves ganó en la UEFA al Steaua. Curiosamente, poco antes se había conocido que el sobrino de Lopera, Javier Páez, había denunciado a Del Nido por los insultos que le profirió en el palco.
El Sevilla emitirá en breve un comunicado lamentando y reprobando los hechos. «Tiendo mi mano para no avivar más un fuego que ya debería estar apagado», ofreció Del Nido. En el club hispalense, la orden es atenuar el ruido de la polémica. Algo que no está tan claro en el bando bético. «El fuego lo deben apagar quienes lo han encendido», respondió el dirigente verdiblanco José León. Unas horas después, el entrenador Luis Fernández volvía a cargar contra el delegado del Sevilla. La decisión del club de vetar de por vida el acceso de Del Nido a su campo aún permanece firme.
Las circunstancias motivan que todo gire en torno a un derbi para el que quedan 11 días; incluso el partido de hoy, cuyo resultado puede restar o aumentar dramatismo. El Betis trata de prolongar su escalada hacia la salvación. Fernández convocó, ante las bajas, a los canteranos Isidoro y Juande.
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