El piloto, de origen mauritano, habló con el copiloto para advertirle de que en el momento del aterrizaje, una vez en Gran Canaria, daría un frenazo en seco para desestabilizar al secuestrador y que los pasajeros pudieran reducirlo. El copiloto, que había sido echado de la cabina por el delincuente, habló con los pasajeros para determinar los pasos a seguir una vez que el avión tomara tierra. Las mujeres y los niños se quedarían en la parte trasera del avión y los hombres, en la delantera para arremeter contra el secuestrador.

Viene de primera página

Todo salió como había sido planeado. Tras el frenazo, el pirata aéreo, Mohamed Ould, perdió el equilibrio, y cinco personas aprovecharon este momento para lanzarse sobre él y, a puñetazo limpio, le arrebataron las dos armas que portaba y lo dejaron tendido en el suelo de la cabina sin posibilidad de defensa. Una azafata llegó incluso a arrojar una tetera con agua hirviendo sobre la entrepierna del secuestrador, salpicando parte de su contenido y provocándole una quemadura leve a uno de los pasajeros, de 36 años, que participaba en la inmovilización del asaltante, según informa Europa Press.

Minutos antes, uno de los pasajeros encendió su móvil para avisar al Centro de Emergencias 112, con el fin de que hubiera un dispositivo de emergencia listo, en el momento de aterrizar.

En sus declaraciones a la Guardia Civil, el secuestrador, Mohamed Ould, ha declarado haber actuado en solitario. Según el testimonio recogido al detenido tras el suceso, éste negó formar parte de alguna banda terrorista o grupo extremista, y afirmó que su única intención era pedir asilo político en Francia. Así lo señalaron a este periódico fuentes de la investigación.

Desde un primer momento, los pasajeros -un total de 71 personas, entre los que había varios niños- y los ocho tripulantes fueron avisados por megafonía por el mismo comandante de que el avión había sido secuestrado. La intención del secuestrador era ir a Dajla, en el Sáhara Occidental, para proseguir hasta París, si bien la negativa de las autoridades marroquíes a que el avión aterrizara en su suelo, llevó al comandante a convencer al secuestrador de aterrizar en Gran Canaria, que fue el destino final.

El cónsul general de Mauritania en Canarias, Abdou Ould Ahmed, mostró ayer su extrañeza por cómo se pudieron burlar los sistemas de seguridad del aeropuerto de Nuakchot para que el secuestrador consiguiera acceder con dos pistolas al avión.

El diplomático aseguró a EL MUNDO que «es muy raro que haya accedido por la vía normal y probablemente alguien le facilitó la entrada al aeropuerto de Nuakchot, porque los controles de policía detectan todo». En este sentido, comentó que las autoridades en Mauritania han abierto una investigación para esclarecer esta circunstancia.

Marroquí o argelino

El avión, un Boeing 737-700, que salió el pasado jueves de Nuakchot con destino a Gran Canaria, fue secuestrado por un ciudadano, «que puede ser marroquí o argelino por su manera de hablar», según recalcó el cónsul general de Mauritania en las islas, quien negó que fuera procedente de su país. «Se le han requisado dos documentos, un carnet de conducir y otro de marinero, pero le puedo asegurar que no es mauritano», insistió Abdou Ould Ahmed. Unos documentos en el que aparece identificado como Mohamed Oud Abderramán, de 32 años de edad.

El detenido pasará hoy a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 4 de Telde.

El cónsul general de Mauritania señaló que casi todos los pasajeros afectados ya se encuentran de vuelta en Mauritania. «La mayoría son mauritanos, hay algún español, algunos ciudadanos senegaleses y franceses», precisó.

Las contusiones que presentaban 20 de los pasajeros fueron provocadas al arrojarse del avión. Todos fueron dados de alta ayer de los centros hospitalarios, donde fueron ingresados tras el incidente.

Abdou Ould Ahmed puso de manifiesto también «la perfecta colaboración» de las autoridades españolas «que estuvieron cerca de nosotros hasta el último momento» y «la eficaz actuación de los servicios de emergencia».