MARIANO GASPARET
VALENCIA.-
Mariano Rajoy aguarda «respuestas satisfactorias» de Zapatero sobre la «crisis humanitaria» del Marine I y el «trato vejatorio» que, a su juicio, recibieron el centenar de policías españoles que participaron en el desembarco en Mauritania de los 400 inmigrantes hacinados en el buque-patera.
De no ser así, el líder de la oposición pedirá un «pleno extraordinario» en el Congreso de los Diputados, que parece cantado a tenor de la opinión que le merece la gestión de una crisis en la que «el Gobierno de España abandonó a 100 funcionarios de Policía». Rajoy preguntará el próximo miércoles sobre esta cuestión en la sesión de control al presidente del Gobierno.
En opinión de Rajoy, ha existido una «absoluta falta de coordinación» entre los Ministerios de Exteriores, Interior, y Trabajo y Asuntos Sociales en el trance de gestionar una «crisis humanitaria» cuya resolución ha sido un paradigma de la «incalificable» política de inmigración del Gobierno. En este sentido, el presidente nacional del PP advirtió que «a Zapatero le han tomado el pelo Mauritania, Senegal, Cabo Verde y, ahora, la India».
Rajoy vinculó la crisis del Marine I con el efecto llamada generado por el ministro Caldera al «cifrar en 200.000 los inmigrantes que necesita España para trabajar». Advirtió además de que si los más de 400 sin papeles del buque eran de origen asiático es porque «en todo el mundo saben que el modo más fácil de entrar a Europa es por España».
El presidente del PP declaró que la inmigración «debe abordarse como el asunto más importante que tienen entre sí España y Europa ahora y en los próximos años». Rajoy recordó que en Africa la mitad de la población es menor de 14 años y que es imperativa la articulación de una política de inmigración europea.
El jefe de la oposición también se refirió a la innovación tecnológica como otro de los grandes retos. Entre sus prioridades políticas situó el «aumento del nivel adquisitivo de los españoles», verdadera asignatura pendiente en el marco de unos datos macroeconómicos globalmente «positivos», pero empañados porque «el aumento de las hipotecas y los precios de la electricidad, el butano y las telefonías, ahora en marzo, no se ha visto acompañado de un incremento de los salarios».
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