MARIA RAMIREZ. Corresponsal
BRUSELAS.-
«Es una civilización de separación y diferenciación programada... Por su propia voluntad, los judíos sólo buscan vivir una vida separada, en apartheid. Forman sus propias comunidades, se gobiernan por sus propias reglas y tienen mucho cuidado con separarse físicamente de los demás. Forman guetos ellos solos...No son pioneros, no van a la conquista ni se enfrentan a los elementos de la naturaleza. Se instalan entre otras civilizaciones, normalmente entre los ricos».
Eso explica, en un sombrío estudio sobre Las civilizaciones en guerra en Europa, un eurodiputado polaco de la Liga de las Familias, el partido ultraconservador en el Gobierno de Varsovia, especializado en provocaciones. El parlamentario Maciej Giertych, de 71 años y padre del viceprimer ministro Roman Giertych, utiliza en la publicación, disponible en su web, el logo del Parlamento europeo. El presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Pöttering, investiga ahora si el texto, acusado de antisemita, utilizó recursos comunitarios.
Durante un debate el pasado julio en el Hemiciclo en Estrasburgo, Giertych se levantó para defender el régimen franquista. «Gracias a la Iglesia española, al Ejército español y a Francisco Franco el ataque comunista contra la España católica se pudo superar», dijo entonces el diputado, que pertenece al grupo de los no adscritos.
El portavoz del Parlamento, Jaume Duch, aseguró que el autor del documento, denunciado por el Congreso Judío Europeo de París, no será reembolsado por su folleto, por no estar relacionado con las actividades de la UE, y que, a partir de ahora, se intentará cambiar el reglamento para evitar «el abuso» de los símbolos europeos. Aún así, Pöttering, de Alemania -país que promueve ahora que la negación de Holocausto sea delito en toda la UE-, promete una investigación más a fondo.
El Congreso parisino pidió ayer a la Eurocámara que condene la iniciativa del polaco y le retire su inmunidad parlamentaria por difundir «las mismas ideas de antes de la guerra que llevaron al Holocausto". El viceprimer ministro polaco defendió a su padre, porque, aunque dijo no haber leído el documento, cree que sus palabras se están utilizando «fuera de contexto».
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